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martes, 7 de enero de 2014

Domingo 31 de Marzo 2013-Marsella-parte 1

Hoy iba a ser nuestro último día en la Provenza, pues al día siguiente partiríamos hacia casa de nuevo, y todavía no habíamos visitado apenas nada de Marsella, donde teníamos una casa alquilada, así que nos despertamos sin prisas, desayunamos y nos fuimos a la parada de metro más próxima...destino la parada de metro Joliette, en un extremo del famoso barrio de Le Panier.

Plano de Marsella.
Plano de Marsella.
Pero antes de seguir contándoos lo que hicimos os haré una pequeña introducción de la ciudad de Marsella.


Los orígenes de la ciudad son muy antiguos. Hacia el 600 a. C, navegantes griegos llegaron desde Focea en Asia menor. Los foceanos fundarán Massalia y su llegada supondrá un cambio capital para todas la poblaciones de la región. Los griegos traerán nuevos productos y técnicas y cambiarán la relación de poder de toda la costa e interior. La colonia será la más importante de todo el Mediterráneo occidental. Es el comienzo de una larga historia…

Marsella desde Notre-Dame de la Garde.
Marsella desde Notre-Dame de la Garde.
Marsella opulento puerto de comercio, puerta de Provenza y de Francia, ciudad refugio para los franceses de Argelia, para los argelinos después, Marsella ciudad de contrastes, de riqueza y de decadencia, de mar y de monte, todo esto y mucho más es Marsella.

Sería muy difícil mostrar con palabras lo que significa esta ciudad, tercera de Francia en población (Más de 800.000 habitantes, bastante más de 1,6 millones en la gran Marsella o área metropolitana), pero nosotros lo intentaremos.

Marsella desde Notre-Dame de la Garde.
Marsella desde Notre-Dame de la Garde.
En 2013, Marsella presentará un nuevo paisaje urbano, con la apertura del paseo marítimo entre el Fuerte de San Juan y el puerto de la Joliette, nuevos equipamientos culturales de primer orden, como el Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo, el Silo, el Centro Regional del Mediterráneo o el FRAC, todos ellos confiados a arquitectos de renombre. Esto es debido a que Marsella ha sido capital europea de la cultura en 2013.

Pero volvamos al relato...como ya os he adelantado empezamos la visita a Marsella desde la estación de metro Joliette, línea número 2 (sólo hay 2 líneas), en un extremo del barrio Le Parnier, justo delante del muelle donde parten y llegan los ferrys de Córcega, Cerdeña, Argelia o Italia.

Catedral Santa María la Mayor o Sainte Marie Majeure, Marsella.
Catedral Santa María la Mayor o Sainte Marie Majeure, Marsella.
El primer monumento de la ciudad que visitamos fue , la Catedral Santa María la Mayor o Sainte Marie Majeure, un edifico imponente, aunque disminuido por su entorno, de estilo románico bizantino, declarado Monumento Histórico en 1906. Sustituyendo a otro edificio anterior, fue construida entre 1853 y 1893 y fue el mismo Napoleón Bonaparte quien colocó su primera piedra. La ciudad se encontraba en plena expansión económica y junto a la estación de Saint-Charles (1848) o los Palacios de la Bourse (1852) o Longchamp (1864) se construyen monumentos propagandísticos como este o la basílica de Notre-Dame de la Garde.

Catedral Santa María la Mayor
Catedral Santa María la Mayor desde Notre-Dame de la Garde.
Arquitectura grandiosa, elegante y esbelta , similar a la basílica de San Pedro de Roma, construida de mármol de Carrara, piedra verde de Florencia, pórfido, etc. con un aspecto bastante particular para ser un edificio religioso, de la hermosa catedral marsellesa llaman la atención sus enormes dimensiones y su estilo ecléctico, de inspiración bizantina, que le da un aspecto inconfundible. Mezcla de estilos, con cúpulas y mosaicos pseudobizantinos y elementos románicos y góticos, pero con planta de cruz latina según los planos del arquitecto Leon Vaudoy que no pudo ver finalizada su obra al fallecer y continuar en su lugar su discípulo Jacques Henri Esperandieu.

Catedral Santa María la Mayor o Sainte Marie Majeure, Marsella.
Catedral Santa María la Mayor o Sainte Marie Majeure, Marsella.
También deberás fijarte en el espléndido pórtico de entrada, enmarcado entre las dos altas torres y adornado con las delicadas esculturas de Jesucristo y los apóstoles, así como en la espectacular cúpula que supera los 70 metros de altura. La mezcla de elementos románicos provenzales y neogóticos, unidos a los mosaicos bizantinos que decoran la fachada, hace que la catedral desprenda armonía y delicadeza.

Interior de la Catedral Santa María la Mayor, Marsella.
Interior de la Catedral Santa María la Mayor, Marsella.
El interior también resulta sobrecogedor por la altura de la nave central, la belleza del altar mayor, en mármol y rodeado de espléndidos mosaicos, y las capillas laterales ricamente decoradas. Haciendo un recorrido detallado descubrirás valiosas obras de arte como las esculturas de los cuatro evangelistas de Louis Botinelly o el magnífico cimborrio de onix de Jules Cantini. A pesar del esplendor de los materiales la iglesia parece en desuso, abandonada, como la mayoría de los edificios religiosos de Francia. Dado que el propietario, y quien debe ocuparse del mantenimiento, es la Iglesia católica francesa, las iglesias se caen. Y el Vaticano no está dispuesto a sostener sus iglesias….el horario habitual de apertura es de 08:30 a 20:00.

Interior de la Catedral Santa María la Mayor, Marsella.
Interior de la Catedral Santa María la Mayor, Marsella.
Continuamos la visita ascendiendo por las cuestas de Le Panier, el barrio antiguo de Marsella, pintoresco, dinámico y multicultural, de callejuelas estrechas y casas de colores que sobrevuelan el puerto viejo Marsellés.

Barrio Le Panier.
Barrio Le Panier.
Un paseo por sus laberínticas calles permite conocer la esencia de esta ciudad portuaria cuya historia resulta apasionante. La ropa que pende de las ventanas me recordó al barrio de Lisboa de Alfama, ciudad que visitamos en 2006. La autenticidad de las cuestas lisboetas no se encuentra en las calles de le Panier. Sí en cambio, un aspecto de abandono generalizado que encanta a los parisinos de visita. Si no fuera por el numeroso público turístico, pensaríamos que estamos paseando por un barrio marginal y peligroso.

Barrio Le Parnier.
Barrio Le Parnier.
En los últimos años, el barrio ha experimentado una profunda transformación tras haber permanecido en la década de los 60 en un cierto abandono que le valió fama de zona poco recomendable. Tras la segunda guerra mundial (y los duros bombardeos sufridos) fueron muchos los emigrantes que llegaron procedentes de distintos lugares con especial presencia de corsos y napolitanos, pero también desde otros continentes. Ese mestizaje es, tal vez, el que ha dado a Le Panier un ambiente único y particular. A las antiguas casas, de paredes ocres, han vuelto artesanos y artistas y han dado un nuevo aire al barrio más especial de Marsella.

Hicimos el recorrido a pie, perdiéndonos por las callejuelas, cuestas y escaleras y parándonos en las coquetas plazas que encontramos en nuestro camino.
Dejate sorprender por el ambiente y por algunos de los puntos más interesantes de Le Panier: el Hotêl Daviel, antiguo palacio de justicia en la rue Coisserie, la encantadora Plaza Lenche, desde la que tendrás una espléndida vista del puerto, el campanario de Accoules y el Hotel Diue, antiguo hospital de la ciudad.

Barrio Le Parnier, Plaza Treize Cantons.
Barrio Le Parnier, Plaza Treize Cantons.
El barrio tiene una animación constante de día y de noche. Junto a los talleres de artesanos, alfareros muchos de ellos dedicados a hacer las tradicionales figuritas del Belén, encontrarás numerosos bares, cafeterías y agradables terrazas, en bonitas plazas como la de Los Molinos o la Plaza Treize Cantons, en la parte más alta del barrio, donde antaño se podían encontrar 15 molinos de viento. Hoy quedan dos, transformados en viviendas.

Le Panier, la Vieille Charité.
Le Panier, la Vieille Charité.
Desde aquí ya verás, a lo lejos, el que es sin duda el monumento más destacado de Le Panier: la Vieille Charité, un gran hospicio del siglo XVI, obra del arquitecto Pierre Puget, que hoy alberga varios museos, como el Museo de Arqueología del Mediterráneo y el Museo de Artes Africanas Oceánicas y Amerindias (M.A.A.O.A.).

Le Panier, la Vieille Charité.
Le Panier, la Vieja Caridad.
La "Vieja Caridad" es un edificio formado por cuatro pabellones que se distribuyen alrededor de un patio en cuyo centro se alza una hermosa capilla que llama la atención por su cúpula ovalada. Cada una de las cuatro alas se divide en tres niveles y la fachada que da al patio forma una bonita y armoniosa triple arcada.

Le Panier, la Vieille Charité.
Le Panier, la Vieille Charité.
El edificio acoge, también, otras instituciones como el Centro Internacional de Poesía de Marsella, el Centro Nacional de Investigaciones Científicas o la sala de cine alternativo Le Miroir. Puedes visitarlo todos los días de 10:00 a 17:00 (del 1 de octubre al 31 de mayo) La dirección exacta es 2, rue de la Charité.

Le Panier, Casa del Diamante.
Le Panier, Casa del Diamante.
Le Panier "sube" desde el puerto viejo por la suave colina hasta la zona alta, donde en el siglo III antes de Cristo estuvo el ágora griega. Por el camino, que nosotros lo hicimos en dirección al viejo puerto, se suceden antiguas casas de pescadores y estibadores, junto a edificios singulares como la Casa del Diamante, palacio del siglo XVI cercano al Ayuntamiento, excepcional tanto por el decorado de almohadillados en forma de punta de diamante de su fachada, como por las decoraciones en forma de artesonado de su escalera, única en Marsella. A finales del siglo XIX, acogerá a los trabajadores del puerto y a inmigrantes italianos.

Una vez en el viejo puerto, lo primero que hicimos fue ir a por un billete de barco para la Isla de If y para visitar el Castillo de If. Francisco I, después de un viaje en 1516, decidió fortificar la isla lo que se hará en 1531. Sin embargo, muy pronto la isla cambiará su uso, de fortaleza pasará a ser prisión y ¡no de las menos conocidas!

Castillo e Isla de If desde Notre-Dame de la Garde.
Castillo e Isla de If desde Notre-Dame de la Garde.
La isla es una roca calcárea de 3 ha de superficie en la que destacan las fortificaciones del siglo XVI, una muralla con bastiones y en el centro otra muralla con tres torres cilíndricas. En la planta baja las legendarias mazmorras donde pasó años enteros Edmond Dantès, incluso puede verse el agujero cavado por el héroe de Dumas. Poco importa que la ficción superase la realidad y que el famoso Conde de Montecristo jamás estuviese allí. Hoy la isla y su fortaleza se han convertido en uno de los atractivos turísticos más importantes de Marsella.

Los que si visitaron las celdas húmedas fueron los protestantes perseguidos en las guerras de religión y después de la revocación del Edicto de Nantes, unos 3.500 entre 1545 y 1750. Contrariamente a lo que se afirma, la Máscara de Hierro no fue huésped de este castillo, ni tampoco el marqués de Sade. Sí lo fueron, en cambio el Marqués de la Valette o Mirabeau y el más célebre, el abad espirita José Custodio Faria a quien Alejandro Dumas hará inmortal utilizándolo para crear al Conde de Montecristo. Más tarde los presos políticos de la Revolución de 1848, aquella cantada por Marx en sus obras, ocuparán las celdas y después los communards de 1871. En 1890 el último preso saldrá de la prisión y la isla será abierta al público. Hoy un servicio de pequeños ferries une el puerto con la isla todos los días. A pesar de la fantasía, o quizá precisamente por ella, cuando paseamos entre las piedras antiguas de If, podemos rápidamente meternos en la piel del Conde. Él nunca estuvo aquí, pero el horror de los que sí estuvieron y soñaron como él con la libertad, aun sin conseguirla, crepita levemente bajo las mismas piedras, sobre todo cuando el sol se escapa hacia el oeste y la noche lo cubre todo.

Lamentablemente el fuerte viento anuló la visita, pues con tan mala mar no salían los barcos, así que ya tenemos escusa para volver a la ciudad.

Una vez asumido, como era hora de comer, fuimos a un restaurante de comida rápida para llenarnos de energía y seguir con la visita del viejo puerto, pero eso ya os lo cuento en otro artículo...

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