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miércoles, 2 de marzo de 2016

Fin de semana rural en Castilla La Mancha-Castillo de Belmonte-Parte 5

En el artículo anterior me faltó contaros la visita del Castillo de Belmonte, concebido como fortaleza defensiva, pero también como palacio residencia, la empezaréis viendo una interesante película de 12 minutos a modo de introducción, lo que os permitirá conocer la historia del castillo y comprender las diferentes épocas que la han marcado.

Castillo de Belmonte.
Castillo de Belmonte.
En cuanto al castillo propiamente dicho tiene dos recintos; el primero una muralla de mediana altura envuelve el castillo por completo, por ambos lados descienden las murallas que llegan hasta la población.


Castillo de Belmonte.
Albacara del Castillo de Belmonte.
El castillo, de planta poligonal en torno a un patio de armas en forma triangular, posee seis torres circulares de 22 metros de altura, una en cada vértice, así como la del homenaje, lo que forman un total de diez lienzos de defensa.

Castillo de Belmonte.
Acceso al Patio de Armas.
Nada más pasar la puerta del Campo, que es la entrada principal, donde está la taquilla, nos encontramos con un ancho espacio libre entre el castillo y esta primera muralla; se llama albacara, servía de refugio a los habitantes de la villa en caso de ataque de los enemigos, y allí con sus enseres y ganados se veían protegidos por el señor.

Castillo de Belmonte.
Patio de Armas.
Desde aquí accedemos al Patio de Armas, que es triangular.

Castillo de Belmonte.
Patio de Armas.
Dos de los lados del triángulo están formados por dos cuerpos rectangulares, resueltos cada uno por planta baja y dos pisos, en el tercer lado del triángulo que forma el patio se eleva una robusta torre de planta cuadrada en la que se concentraba la vida militar. 

Castillo de Belmonte.
Torre del Homenaje.
Estos cuerpos rectangulares o galerías, eran los lugares de residencia y estancia de la nobleza. Situadas en los flancos norte y sur, constan de dos galerías altas y planta baja. Esta última formada por arcos apuntados, el primer piso con arcos ligeramente apuntados con ventanas apuntadas geminadas y el segundo piso con ventanas apuntadas pareadas. En origen todas las plantas se encontraban abiertas al patio de armas, en la actualidad la primera y segunda planta están cerradas. También originalmente la segunda planta de la galería sur no existía. Todo esto fueron modificaciones del siglo XIX con el objetivo de hacer más agradable la estancia del castillo. 

Castillo de Belmonte.
Armaduras del Castillo de Belmonte.
El tercer lado que cierra el triángulo que forma el patio lo forma la Torre del Homenaje. Llama la atención su poca altura, debido tal vez a que la torre quedo inacabada o bien a la orden de los Reyes Católicos de rebajar la altura de las torres principales para evitar encastillamientos contra la autoridad real. 

Castillo de Belmonte.
Interior de la Torre del Homenaje.
La Torre del Homenaje, edificada con sillares pequeños de piedra caliza, es de planta cuadrada, con tres semicírculos en forma de cubos hacia el exterior y mas adelantado el del centro, así como plana en la parte interior del patio. Las esquinas adoptan formas redondeadas. En la actualidad alberga varias armaduras, armas y escudos.

Castillo de Belmonte.
Patio de Armas.
La distribución de los dos pisos es la misma, largas galerías a cuya derecha se encuentran las habitaciones correspondientes y a la izquierda los ventanales que asoman al patio de armas. Destaca que todas las habitaciones, incluidas las galerías, se encuentra cubiertas con techumbres de madera bellamente policromadas.

A los pisos superiores se accede por una escalera de madera, mandada construir por Eugenia de Montijo en el siglo XIX y en la cual destaca el trabajo de madera tanto de los escalones y barandillas como de los elementos de sujeción de la misma. En los descansillos hay grandes escudos de la familia Pacheco realizados en yeso.
Castillo de Belmonte.
Escalera de acceso a los pisos superiores.
En la actualidad las habitaciones se han decorado con recreaciones históricas del ambiente medieval, sin que ello suponga que dichas habitaciones fueran usadas necesariamente para tal menester.

Castillo de Belmonte.
Castillo de Belmonte.
La escalera de madera nos introduce en un largo pasillo situado en el primer piso del ala norte. En este pasillo encontramos a la izquierda tres puertas que se corresponden con otras tantas habitaciones. La galería se cubre con un artesonado de madera en su color natural y con decoración geométrica. 

Cocina del Castillo de Belmonte.
Cocina del Castillo de Belmonte. 
La primera habitación es cuadrada, se encuentra debajo de la habitación del marqués, y en ella hay una escalera de caracol que comunica con la habitación del marqués del segundo piso y con la planta baja. Esta habitación era usada por el personal de servicio de más confianza y podía ser usada como cocina. La puerta de entrada se decora con molduras entrelazadas realizadas en yeso. 

Cocina del Castillo de Belmonte.
Primer piso del ala norte del Castillo.
La segunda habitación o salón central tiene una chimenea con decoración en yeso muy recargada. Tiene tres escudos, uno con una cruz flordelisada con la cruz de Santiago, otro con el escudo de Juan Pacheco y el tercero con el escudo de María Portocarrero Enríquez, esposa del marqués. Esta habitación se considera debía ser la sala de las mujeres o estrado medieval. Esta es una estancia de origen musulmán. La habitación disponía de una tarima donde se encontraba la marquesa, rodeada de alfombras, tejidos, tapices y almohadones. La señora del castillo rodeada de sus mujeres de confianza, bordaban, escuchaban música y pasaban las largas tardes al cobijo de la habitación. La chimenea proporcionaba el necesario calor a la sala. Completaba la decoración un mínimo mobiliario compuesto de alguna silla, arcones, brasero etc. 

La sala se encuentra comunicada con la anteriormente vista, donde estarían los servidores y con la contigua que se reservaba para alcoba o reservado. De esta manera y de alguna manera esta ala se reservaba para las mujeres. 

Cocina del Castillo de Belmonte.
Alcoba del Castillo de Belmonte. 
A la izquierda de la chimenea una puerta permitía el acceso a una alcoba. Esta pequeña habitación apenas tenía espacio para una cama con dosel, un arcón para la ropa y un pequeño reclinatorio para las oraciones. 

Letrinas del Castillo de Belmonte.
Letrinas del Castillo de Belmonte. 
Al final del pasillo encontramos una ventana con bancos cortejadores y junto a la misma un pequeño pasillo nos conduce a las letrinas de uso exclusivo para la nobleza. 

Continuando por el pasillo un pequeño paso nos introduce en el ala sur. Nos encontramos en el piso principal y más noble del castillo. Entramos en un largo pasillo dominado por la presencia de tres chimeneas, la central más grande que las laterales y dos puertas de acceso a las distintas salas. 

Castillo de Belmonte.
Las galerías del Castillo de Belmonte.
La primera habitación era la capilla del castillo o más propiamente del marqués. La habitación se cubre con una techumbre octogonal de madera policromada que apoya en pechinas decoradas y policromadas.  Es una de las salas más espectaculares de todo el castillo. 

La segunda habitación se trata del salón de gobierno o Salón Noble, una habitación de 147m² y con un artesonado de madera de nogal, en forma de artesa invertida y policromado en tonos rojizos y dorados. A ella se accede por una puerta gótica con decoración de yeserías con el escudo de la familia Pacheco en la parte superior del arco. 

Salón Noble del Castillo de Belmonte.
Salón Noble del Castillo de Belmonte.
El Salón de Gobierno era usado para las recepciones oficiales, pero también se utilizaba para banquetes y como sala de fiestas y de baile. El sistema de calefacción utilizado resulta original y permite caldear el salón con las tres chimeneas que existen en la galería contigua. Las chimeneas situadas en el pasillo exterior se encendían y el calor de las mismas se transmitía al muro y de ahí al interior de la sala, de esta manera los nobles no tenían que soportar el humo o bien el constante trasiego de servidores moviéndose por la sala. Es la habitación más grande del castillo y su presencia y tamaño nos puede indicar que más que un castillo se trata de un castillo-palacio fortificado.

Castillo de Belmonte.
Segunda planta del Castillo.
Volviendo a la escalera principal ascendemos al segundo piso mientras contemplamos el colorido del artesonado del techo. La distribución de la galería norte de este segundo piso sigue la misma distribución que el piso inferior. Habitaciones a la izquierda y los ventanales a la derecha. En este caso se ha procedido a una recreación con mobiliario de la época de Eugenia de Montijo.

Castillo de Belmonte.
Dormitorio de Eugenia de Montijo.
La primera habitación de planta cuadrada y de modestas dimensiones era la alcoba del marqués. Hasta ella alcanza la escalera de caracol que comunica todos los pisos y que estaba reservada para el servicio. En la actualidad se ha recreado la alcoba de lo que podría haber sido el dormitorio de Eugenia de Montijo.

Castillo de Belmonte.
Castillo de Belmonte.
Destaca esta habitación por su techumbre de madera que era conocido por el nombre de el giratorio. Se trata de un artesonado en forma octogonal que según las crónicas podía girar. Se adornaba con cientos de pequeños espejos de oro y plata incrustados en la madera, también colgaban una serie de campanitas. Al moverse el conjunto producía un destacado juego de luces, colores y sonidos.

Castillo de Belmonte.
El salón de los marqueses.
La segunda habitación más grande que el resto de las que vamos a ver, era el salón noble de los marqueses, donde pasaban sus ratos de ocio. En la actualidad se ha decorado con muebles de época decimonónica.

Castillo de Belmonte.
La tercera habitación del segundo piso.
Castillo de Belmonte.
Interior del Castillo de Belmonte.
Una tercera habitación en la actualidad acondicionada como despacho decimonónico debía ser la alcoba de la marquesa. Junto a esta otra habitación más pequeña probablemente para algún hijo de los marqueses. En la actualidad decorada como un vestidor de época.

Castillo de Belmonte.
El castillo perfectamente amueblado.
El ala sur del segundo piso en la actualidad no cumple ninguna función especifica, en el siglo XV no existía pues es de construcción tardía. En el siglo XIX las habitaciones fueron cerradas convirtiéndose en un gran salón alargado.

En el vértice donde se comunican ambas salas, una escalera nos lleva al adarve, el camino de ronda o las terrazas del castillo, que de cualquier manera las podemos denominar. 

Castillo de Belmonte.
Patio de Armas desde el Adarve.
El adarve recorre todo el perímetro del castillo, se puede acceder a los seis cubos circulares que protegen el castillo. Las torres, exentas de almenas, se decoran en su parte alta con una serie de arquillos de medio punto alombardados que descansan sobre ménsulas y metopas en forma de escudos lisos. Desde el adarve se tiene comunicación con la torre del homenaje y a través de una escalera de caracol se baja al patio de armas.

Castillo de Belmonte.
Belmonte vista desde su castillo.
Desde el torreón norte, se puede disfrutar de una magnífica vista del pueblo de Belmonte: la magnífica Colegiata de San Bartolomé que ordenara construir el marqués de Villena, el antiguo alcázar del Infante Don Juan Manuel actualmente en reconstrucción, el hospital de San Andrés, el convento de las madres Concepcionistas, la Plaza del Pilar, el convento de los Trinitarios, y como no, la muralla que desde el castillo protector abraza el casco antiguo de Belmonte.

Castillo de Belmonte.
Bajamos del Adarve al Patio de Armas.
Desde el adarve se tiene comunicación con la torre del homenaje y al final del camino de ronda una pequeña puerta con un diminuto arco trilobulado nos adentra en el interior de una de las torres y a través de una escalera de caracol nos baja al Patio de Armas.

Castillo de Belmonte.
Las mazmorras del Castillo.
Una vez de nuevo en el Patio de Armas, es hora de visitar las mazmorras y sótanos, y porque no, descansar en la taberna del castillo saboreando un vino y queso de La Mancha.

Con esto finaliza nuestra escapada por La Mancha, una tierra a la que ya estamos deseando volver...

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