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jueves, 23 de enero de 2020

Asia 2019-Indonesia-Isla de Java-Qué ver y hacer en Yogyakarta y alrededores-Parte 3

En el artículo anterior os contaba cómo llegamos a Indonesia, así como algunos datos generales del país, recomendaciones y consejos.

Yogyakarta, Templo de Prambanan.
Yogyakarta, Templo de Prambanan.
Así pues, nada más aterrizar en Yogyakarta, nos recogió Dady (+62 813 2962 3303), que ya os dije que fue el mejor de todos los que contratamos en Indonesia, y antes de ir a nuestro hotel, nos llevó directamente a Prambanan, pues está bastante cerca del aeropuerto, cuya entrada es bastante cara por cierto.

Yogyakarta, Templo de Prambanan.
Prambanan es una auténtica pasada.
Prambanan es el templo hindú más grande de toda Indonesia, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1991, aunque para ser exactos no es un solo templo, es un conjunto de 244 templos hindúes, construidos en el siglo IX bajo el mandato de la dinastía Sanjaya y está dedicado a la Trimurti, que es la representación que tiene el dios hinduista en sus tres formas, Brahma el Creador del Universo, Visnú el Preservador del Universo y Shiva el Destructor del Universo.

Yogyakarta, Templo de Prambanan.
A los niños les gustó mucho...
El lugar fue abandonado y el conjunto empezó a deteriorarse, empeorando aún más su estado en el siglo XVI debido a un gran terremoto.

Yogyakarta, Templo de Prambanan.
...pero a nosotros más.
Después de una buena restauración, los tres templos principales lucen con gran esplendor. El principal y más grande, 47m de altura y 34m de ancho, ubicado en el centro, está dedicado a Shiva (Candi Shiva). A cada lado de éste hay un templo de 33m de altura, uno dedicado a Brahma (Candi Brahma) y otro a Visnú (Candi Visnú), completando así la Trimurti. Frente a estos grandes templos hay otros tres de menor tamaño dedicados a sus monturas llamadas vahana. Nandi (un toro) es la montura de Shiva, Garuda (un pájaro parecido a un águila) es la montura de Visnú y Hamsa (un cisne) es la montura de Brahma.

Yogyakarta, Templo de Prambanan.
Los relieves también son espectaculares.
Yogyakarta, Templo de Prambanan.
Prambanan está a pocos kilómetros de Yogyakarta.
Se piensa que estos templos, los cuales también destacan por sus relieves con vistosas escenas, se construyeron como respuesta al templo que los budistas habían construido en Borobudur.

Yogyakarta, Templo de Prambanan.
Vista lateral de Prambanan.
En el mismo recinto en el que se encuentra Prambanan, hay otros tres templos interesantes que podréis visitar con esa misma entrada, Candi Lumbung, Candi Bubrah y Candi Sewu, aunque curiosamente no son hinduistas, se trata de templos budistas, y aunque no son tan espectaculares como Prambanan, merece la pena visitarlos, sobretodo el más alejado de los tres, Candi Sewu, una verdadera maravilla donde, incomprensiblemente, apenas os encontraréis turistas y podréis disfrutarlos mucho más tranquilamente.

Candi Lumbung
Candi Lumbung...
Candi Lumbung
...y los 16 templos que lo rodean.
Después de maravillarnos con Prambanan, caminamos hacia el Norte en busca de los otros tres templos, parando en el primero de ellos, como os había adelantado, un templo budista bien restaurado, Candi Lumbung, diminuto en comparación a Prambanan, rodeado por 16 templos más pequeños todavía que lo “cobijan”.

Candi Bubrah.
Candi Bubrah.
Candi Bubrah.
Templo Bubrah.
Poco metros más al Norte nos esperaba Candi Bubrah, otro templo budista, algo más grande que el anterior, en el que paramos unos minutos para sacar alguna foto, pues tanto este como el anterior son irrelevantes comparados con Prambanan y Candi Sewu.

Recinto de Prambanan, Candi Sewu.
Recinto de Prambanan, Candi Sewu.
Recinto de Prambanan, Candi Sewu.
Candi Sewu es un templo budista.
El último de los templos del recinto verjado de Prambanan se sitúa a menos de un kilómetro de Prambanan, y es el segundo templo budista más grande de toda Indonesia, Candi Sewu.

Candi Sewu es realmente impresionante.
Al estar algo alejado del ajetreado Prambanan, no son muchos los turistas que se acercan aquí, ya que muchos ven el primero y se van, y eso es una gran ventaja.

Recinto de Prambanan, Candi Sewu.
Las paredes de los templos tienen relieves tallados.
Su nombre significa mil templos, no por el número de templos que tenía sino por la leyenda de Loro Jonggrang, fue construido alrededor del año 850 d.C.

Recinto de Prambanan, Candi Sewu.
Parte de Candi Sewu ha sido restaurado.
Actualmente, y debido sobretodo al terremoto que azotó la zona en 2006, queda poco en pie de los 249 templos que tuvo en su día, pero el templo principal y alguna otra zona han sido restauradas, devolviendoles así su esplendor pasado.

Recinto de Prambanan, Candi Sewu.
Nos recordó a los templos de Angkor.
Nosotros disfrutamos mucho de la soledad del templo, de su paz, de sus preciosos relieves esculpidos en las paredes de sus templos y de las estupas restauradas, una maravilla.

Recinto de Prambanan, Candi Sewu.
Imperdonable no venir hasta Candi Sewu.
Tras la visita, volvimos al aparcamiento donde nos esperaba Dady, nuestro conductor, no sin antes pasar por un mercadillo con frutas y souvenirs y comprar algo de ambas cosas.

Alrededores de Candi Banyunibo.
Alrededores de Candi Banyunibo.
Dady nos llevó entonces hasta Candi Banyunibo, otro pequeño templo budista del siglo IX ubicado en la aldea de Cepit, pueblo de Bokoharjo, de la era del Reino Medang, levantado en un estrecho valle rodeado de arrozales a unos pocos kilómetros al Sur del templo de Prambanan. La entrada de los 5 no llegó a 1€.

Candi Banyunibo.
Candi Banyunibo.
Por cierto, en indonesio "candi" significa "templo", por si os lo estábais preguntando.

Taman Tebing Breksi
Taman Tebing Breksi.
Taman Tebing Breksi
Quizás estas dos fotos sean lo más interesante de aquí.
Después nos llevó a Taman Tebing Breksi, una colina con varias tallas en la pared, repleta de turistas locales haciéndose selfies por doquier como si no hubiera un mañana, la verdad es que este sitio no nos gustó mucho, pero estaba cerca y tampoco perdimos mucho tiempo allí.

Yogyakarta, Palacio de Kraton.
Yogyakarta, Palacio de Kraton.
Así pues, sin más dilación, pusimos rumbo a Yogyakarta o Yogya como la llaman los indonesios para abreviar, una ciudad con un tráfico infernal, mucha contaminación, ruido constante y un caos poblando sus calles repletas con cientos de miles de motos agolpándose en los semáforos en espera de salir en tromba.

Pese a que Yogyakarta es una ciudad (y una provincia) de la Isla de Java, posee gobierno propio, un Sultán, el único monógamo de su dinastía (anteriormente habían sido todos polígamos).

Yogyakarta, Palacio de Kraton.
Uno de los pocos techos bonitos del palacio.
En Sultán de Yogyakarta vive en el Palacio de Kraton, una enorme construcción con patios, pabellones, vestíbulos, tiendas y escuelas de artesanos, que fue nuestra primera visita en la ciudad.

Yogyakarta, Palacio de Kraton.
Hay algunos objetos expuestos a modo de museo.
Aunque la entrada es muy barata, hay poco que merezca la pena en su interior, ya que la mayoría de los edificios están bastante abandonados, de modo que, a pesar de su valor histórico, estéticamente no nos parece de gran interés.

Yogyakarta, Palacio de Kraton.
Palacio de Kranton.
Algunas salas hacen las veces de museo "cutre" y muestran objetos del sultán en una serie de vitrinas más viejas que la tos y con carteles informativos en indonesio, pero es algo caótico ya que hay varios patios y no hay una marca o señal que te indique qué salas puedes ver, y cuales no, ya que son dependencias privadas del Sultán.

Yogyakarta, Palacio del Agua.
Yogyakarta, Palacio del Agua.
Yogyakarta, Palacio del Agua.
Yogyakarta, Taman Sari.
Muy cerca de allí está el Taman Sari o Castillo del Agua, que originariamente fue parte del palacio, un edificio que el sultán utilizaba como zona de recreo y que nos gustó más que el propio palacio, aunque se ve bastante rápido también.

Mezquita Sumur Gumuling o Mezquita Tanah Bawah.
Mezquita Sumur Gumuling o Mezquita Tanah Bawah.
También por la zona, aprovechamos para visitar la Mezquita Sumur Gumuling o Mezquita Tanah Bawah, una curiosa y extraña mezquita subterránea de forma circular y abierta al cielo, donde somos los únicos turistas extranjeros. Antaño sólo para el sultán y su familia meditaban en ella y para acceder había que caminar por diferentes túneles, igual que hoy, por lo que también se usó como escondite en épocas de asedio.

Yogyakarta, The House of Raminten.
Yogyakarta, The House of Raminten.
Se hizo la hora de comer y le pedimos a Dady que nos llevara a un restaurante un poco especial, de seos que están de moda en las grandes ciudades, y como no podía ser de otro modo, estaba lleno y nos tocó esperar unos 20 minutos.

Nuestra primera comida en Indonesia.
Nuestra primera comida en Indonesia.
Se llama The House of Raminten y es propiedad de una Drag Queen bastante conocida aquí, esta decorado de la manera más disparatada posible, pues en este curioso local podréis encontraros desde un jacuzzi hasta una calesa con caballos, todo bastante peculiar. Dispone de un extenso menú, pero la comida es bastante normal, buena, pero no excelente, eso sí a buen precio.

Yogyakarta, Moggo Spa.
Yogyakarta, Moggo Spa.
Después de comer, el cansancio hizo acto de presencia, prácticamente acabábamos de llegar desde España y todavía no teníamos el cuerpo hecho a este horario, de modo que se nos ocurrió pasar por Moggo Spa (Jalan Sosrowijayan 30), un lugar un poco escondido donde nos dimos unos espectaculares masajes javaneses muy económicos (6€, 30 min).

Yogyakarta, Maliboro Street.
Yogyakarta, Maliboro Street.
Está en pleno barrio Prawirotaman, el barrio “viajero” por excelencia, donde se hayan la mayoría de agencias de viaje locales, restaurantes destinados al viajero occidental, oficinas de cambio, ATM, lavanderías, alquiler de motos e infinidad de hoteles de todos los precios y categorías. La zona la componen principalmente dos calles paralelas, estrechas y con poco tráfico, muy cerca de Maliboro, la calle más importante de Yogyakarta, en torno a la cual se desarrolla toda la vida de la ciudad, donde se puede encontrar de todo: puestos de comida, dulces, fruta, souvenirs, batiks, ropa…de hecho, allí compramos una maleta de cabina más.

ZEN Rooms Padma Palagan.
ZEN Rooms Padma Palagan.
El día terminó en la piscina de nuestro hotel, ZEN Rooms Padma Palagan, bastante económico (74€ dos habitaciones, 5 personas, dos noches) pero con un desayuno justo y no tan limpio como aparecía en las fotos de Booking, eso sí, no estuvimos mal y las camas eran cómodas. Está en las afueras de la ciudad, pero lo elegimos así porque queríamos piscina y tranquilidad.

5 Comments:

Eva said...

Qué impresionante tiene que ser recorrer Prambanan, no me extraña que después los otros templos os parezcan pequeños, ¡qué odiosas son las comparaciones! Vosotros sí que sabéis, para derrotar al cansancio, un buen masaje.

¡Un saludo!
Eva

Los Viajes de Héctor said...

Eva, nos parecieron impresionantes, no tanto como Angkor, pero nos fascinaron...masajes hubo varios durante el viaje.

Kris said...

Para mi Java es una de las islas más recomendables de Indonesia, y Yogya una parada obligada. Es una ciudad con un puñado de atractivos a los que nos habéis acercado y que son absolutamente recomendables. Y por supuesto, Prambanan, que maravilla vuestra visita, una recorrido muy completo por uno de esos templos que te dejan con la boca abierta y deseando saber más del lugar. Un saludo.

Olga de OM Viajes y Relatos said...

Qué ruta tan chula os habéis hecho por la Isla de JAVA, es una isla que nos encanta, muy poco turística salvo un par de lugares. Nos ha encantado Taman Tebing Breksi, qué original. Ese lugar no lo conocíamos. Después de leeros nos han entrado muchísimas ganas de regresar a JAVA. Excelente post, saludos!

Los Viajes de Héctor said...

La Isla de Java nos gustó más que la de Bali, sin embargo es cierto que es menos turística.

A nosotros nos encantaría regresar, claro, pero creo que visitaríamos las islas que no hemos tenido la oportunidad de conocer.