. Los viajes de Hector y Yolanda Los viajes de Hector y Yolanda: 24 de Julio de 2011-Provenza-Francia

lunes, 7 de noviembre de 2011

24 de Julio de 2011-Provenza-Francia

Hoy iba a ser un día largo, pues tras perder varias horas en el día anterior en la carretera por culpa de dos atascos, no pudimos visitar ninguna población de las que teníamos previstas en la Provenza, pero pese a ello, nos dió tiempo a visitar lo más importante de las tres ciudades: Aviñón, Arles y Nimes, ademas de pasar la tarde-noche en el Pont du Gard.

Mapa intramuros de Aviñón.
Madrugamos para estar a las 9:00 en Avignon, a poco más de 30 minutos de Marguerittes, donde estaba nuestro hotel.


Las murallas de Avignon.
Aviñón (Avignon en francés) es hoy una pequeña ciudad de provincias a la orilla del Ródano. Una ciudad sometida por unas murallas que la concentran y la guardan. Apenas unas 90.000 personas, unas 12.00 intramuros, pueblan la capital del departamento de Vaucluse. Es una de las ciudades más bellas del sur de Francia.
Panorámica del puente y el Palacio Papal.
Lo más aconsejable es darse una caminata, tal y como hicimos nosotros tras aparcar, y detenerse a mirar los palacios y mansiones antiguas. Podemos visitar la calle de los Teinturies situada a lo largo del Sorgue y en donde se pueden ver las viejas ruedas que movían las tintorerías. Las calles Joseph-Verne y Du Roi René, conformadas por casa de los siglos XVII y XVIII y la Casa de H´orloge, con cafés y terrazas que son el centro de la vida social.

¿Disfraces o clérigos? Quién sabe...
Traje de la Guardia Suiza.
El origen de la ciudad es el peñón Des Doms, sobre el que se asienta. Farallón defensivo y estratégico fue pronto fortificado. La ciudad llamada “villa del río” o “villa del viento violento”, cumple con ambos apodos. Plaza importante ya desde el siglo XII gracias al puente que permitía cruzar el Ródano. Pero será en el siglo XIV cuando la llegada de los Papas transforme a Aviñón en una segunda Roma. Tierra de asilo, la ciudad atraerá a los extranjeros, negociantes, exiliados, banqueros, aristas y religiosos de toda Europa. Incluso aquellos que eran perseguidos encontraban cobijo en Aviñón, como el poeta Petrarca. En 1309, bajo Clemente V Aviñón se transforma en sede de la Cristiandad. El cambio de sede suponía escapar a la influencia de las familias que tradicionalmente “producían” papas, los Colonna u Orsini. Aviñón representaba un lugar mucho más seguro que la caótica Roma de principios del XIV y permitía al clero galo llegar al poder. De hecho, todos los papas aviñonenses serán de origen galo, la mayoría de la propia región. En definitiva, Clemente V se desplaza a Aviñón, a la sazón territorio perteneciente al Reino de Sicilia regido por una dinastía de origen galo.

Plaza del Palacio Papal.
Sus soberanos eran dueños de Nápoles, Sicilia y buena parte de Provenza. El Papado poseía el Condado Venaissin que rodeaba Aviñón por lo que la ciudad será vendida por Juana I de Nápoles a Clemente VI en 1348. Nueve papas, dos de ellos antipapas reinaran en la villa. Durante un siglo Aviñón será el centro del cristianismo occidental. La vuelta del pontificado a Roma, a principios del siglo XV, y las luchas entre papas y antipapas marcaran el comienzo de la decadencia. Con todo, Aviñón y su región seguirá perteneciendo al Vaticano hasta 1793, cuando voluntariamente se una a la Republica Francesa naciente.

Palacio Papal de Aviñón.
Avignon, antigua sede de los Papas emigrantes de la corrupción en Roma, muestra orgullosa su Palacio Papal, que deslumbra con su arquitectura e inquieta con su desnudo interior. Durante la época de su uso, el esplendor lujoso característico de los pontífices estuvo presente. Sin embargo, en el calor de la Revolución Francesa el desmantelamiento fue intenso y el afamado palacio se quedó desierto por dentro con un aire de austeridad lejano a sus inicios.

Algunos Papas que habitaron el Palacio.
Es el palacio fortaleza gótica más grande del mundo, con sus diez torres, se construyó para ser una fortaleza inexpugnable y llegó a cubrir 15.000 metros cuadrados. Construido entre 1334 y 1363, fue residencia de los Papas durante el siglo XIV.

Yolanda, Izan y Joel frente al Palacio Papal.
La visita demanda media mañana al menos. Posee unos 25 lugares para visitar: salones, capillas, claustros, las alcobas privadas de los papas, etc… Aunque destacan sobre lo demás los magníficos tapices gobelinos de los siglos XVII a XIX que cuelgan de las paredes de la sala de Banquetes, donde los cardenales se reunían para elegir un nuevo papa y la Sala de la Caza, con frescos de caza del s. XIV y azulejos que convierten este estudio de Clemente VI en la sala más hermosa del palacio. De la decoración, destacan frescos de gran calidad.

El Palacio Papal desde la otra orilla del río.
El centro de la ciudad, como muchas de su época, está cubierto por pequeñas callejuelas y rodeado por altas torres encantadoras. La Catedral, de estilo gótico alberga la tumba de Juan XII; detrás del edificio santo se localiza un hermoso jardín y la mitad del Puente Saint Bénezet, que se construyó para cruzar el Ródano. En el siglo XII contaba con 22 arcos, pero muchos fueron destruidos por las inundaciones de 1668.

Yolanda y los niños sobre el puente.

Puente de Saint Bénezet.
El Palacio de los Papas y el puente de St Benezet. Ambos están hoy clasificados como Patrimonio de la humanidad por la UNESCO. 

Patit Palais, no lo visitamos.
El Petit Palais fue residencia de cardenales y obispos. Se sitúa en el Palacio de los arzobispos en la misma plaza del Palais des Papes. Posee una buena colección de pinturas italianas y provenzales de entre el final del XIII y el comienzo del XVI. También se pueden contemplar esculturas aviñonesas románicas y góticas. El Palais Veux es una muestra de un estilo religioso más austero, producto del Papa Benedictino XIII de la orden cisterciense, en tanto que el Palais Nouveau, edificado por Clemente IV, muestra un estilo más libre, lujoso y recargado. Por último, el Museo Lapidario es un espacio arqueológico que presenta restos de obras de la zona, especialmente romanos. Nosotros no pudimos visitarlo, pues teníamos que ir a Arles.

Ayuntamiento de Avignon.
Primero cruzamos el río para ver la ciudad desde la orilla, como habréis podido comprobar en algunas de las fotos.

Teatro, Aviñón.
Pero antes de Arles os dejo con el típico vídeo de Avignon grabado por Yolanda:


Así que dejamos la turística Avignon para recorrer en unos 40 minutos los 45 kilómetros que nos separaban de otro lugar con mucha afluencia de turistas, la localidad de Arles.

Mapa turístico de Arles.
En la entrada de Arles.
La ciudad de Arles ha sido conocida desde la antigüedad. Situada en el corredor que une y unía la península itálica e ibérica, su situación geográfica le dio gran importancia durante el Imperio Romano. Habitada por celtas y, probablemente antes por poblaciones prehistóricas, fue colonia griega antes de que César la convirtiese en ciudad romana. Serán los romanos quienes la engrandecerán y le otorgarán el prestigio del que aún hoy goza. César en el 46 a.C. crea la colonia en donde residirán parte de los veteranos de las legiones que lucharon en las guerras galas y conquistaron Massilia, la actual Marsella. Fue la primera edad de oro de esta “pequeña Roma en Galia” engrandecida por los monumentos e la época de Constantino. Después Arles se convertirá en uno de los primeros grandes centros religiosos para el Cristianismo. Las invasiones y las pestes de la alta Edad Media empobrecerán la ciudad y el éxodo rural típico de esta época apagará temporalmente su esplendor. Más tarde, para hacer frente a las invasiones sarracenas las murallas de la ciudad son transformadas en fortaleza. Arles renace en el siglo XII, testimoniándolo los monumentos medievales que hoy se pueden visitar. En el XVII y XVIII numerosos palacios particulares dan muestra de la importancia creciente de esta ciudad. Hoy la ciudad forma parte del patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Anfiteatro de Arles.
La ciudad no es demasiado grande, al menos lo que es más interesante de visitar, y se puede recorrer fácilmente a pie, como era nuestro caso, así que voy a enumerar los monumentos que visitamos, aunque hay muchos más:

Monumentos Romanos:

Anfiteatro Les Arenes.
El Anfiteatro – Les Arenes: El anfiteatro de Arles es junto al de Nimes el mejor conservado de Francia y, como aquél, se utiliza para espectáculos diversos, incluso las corridas de toros. Fue construido en la ladera norte de la colina de la Hauture hacia el 90 a.C. Este anfiteatro podía acoger a unos 20.000 espectadores. Está tallado en la roca sobre la parte alta de la ciudad, aprovechando el desnivel. El Anfiteatro se apoya en una vasta plataforma de 136 metros de largo y 107 de ancho. Está formado por dos arcadas superpuestas y alcanza los 21 metros de altura y posee columnas dóricas y jónicas. Ocupa el puesto número 20 entre los anfiteatros más grandes del mundo romano. Los combates de gladiadores y fieras tuvieron lugar hasta el final del siglo V. Durante la Edad Media, como muchos otros recintos romanos, servirá de fortaleza y en su interior se construirán más de 200 casas y dos capillas. Habrá que esperar hasta 1825 para que su interior recupere el aspecto original. Prosper Mérimée, gran activista y amante del pasado clásico será el impulsor de su recuperación, siendo catalogado como monumento histórico allá por 1840. Como después de visitar Arles íbamos a Nimes, preferimos visitar el anfiteatro más grande, así que el de Arles lo dejamos para otra ocasión, aunque por fuera lo vimos varias veces en nuestro recorrido.

Teatro Romano.
El Teatro Romano: Este edificio fue construido durante el gobierno de Augusto al final del I siglo a. C. Como en todos los teatros en él se representaron durante el apogeo del Imperio las obras de los clásicos griegos revisitadas por los autores latinos. Progresivamente, con la decadencia pasaron a primar las obras más satíricas o sencillamente vulgares, donde la risa fácil se mezclaba con la obscenidad y la escatología. La cávea de 33 hileras de asientos podía acoger a 10.000 espectadores lo que muestra, junto al anfiteatro, la importancia de la ciudad. El muro de la escena era un elemento de propaganda, dominado por las estatuas del Emperador. De éste, no quedan más que dos columnas (conocidas como las dos viudas) y otros restos arqueológicos que pueden verse en el Museo de Arles antiguo. Está mucho mejor conservado el teatro de Orange, cuyo muro es uno de los únicos que aún se puede ver en pie. La caída del Imperio supondrá el uso del recinto para la habitación, y esto, hasta 1834. Hoy en día ha sido rehabilitado y se utiliza para representaciones. Existen entradas mixtas que dan opción a visitar ambos monumentos a un precio más reducido. Como el anfiteatro, nosotros sólo lo vimos por fuera.

Plaza del foro. Aquí pintó un cuadro Van Gogh.
El Foro: El foro era el centro económico, político, judicial, financiero y religioso de la ciudad. De él hoy no restan hoy más que ciertos fragmentos en los sótanos de algunas de las casas del centro. En la fachada del palacete Nord-Pinus, en la place du Forum, se puede observar parte de un frontón y dos columnas (II d.C.). Otros pequeños vestigios se exponen en el Museo Arlaten.

Monumentos medievales:
Saint-Trophine.

La iglesia y claustro de Saint-Trophime: Ejemplo del románico y gótico provenzal. Se sitúa en pleno corazón de la ciudad, en la plaza del ayuntamiento junto al obelisco. La iglesia y sus dependencias se construyeron en dos momentos, primero en el siglo XII y después en el XIV. Por ello combinan el estilo románico y gótico.
La iglesia debe su nombre a un prestigioso obispo arlesiano, San Trophime. No dejéis de visitar el claustr, pues dicen es precioso, y digo dicen porque nosotros tampoco entramos, pues era mediodía y los niños tenían hambre, así que estábamos buscando un lugar donde comer.

Época Moderna y contemporánea:

Plaza del Ayuntamiento.
Plaza del ayuntamiento: En su centro se encuentra un obelisco encontrado en el circo romano y emplazado en 1676. Los monumentos que se pueden admirar son la iglesia de San Trophime de la que ya hemos hablado, el Ayuntamiento (l’hôtel de ville) y la iglesia de Santa Ana, ambos el siglo XVII, el palacio del Arzobispo de XVIII y el edificio de correos construido por Auguste Véran en 1898.

Arles y la Pintura

El nombre de Arles es indisociable del de los pintores impresionistas y vanguardistas de finales del XIX y principios del XX. Van Gogh, Picasso, etc., forman parte de la historia y de la realidad actual de Arles.

Jardín d'Été según Van Gogh.
La muestra, los museos, los cuadros que los maestros innovadores dejaron como huella y testimonio de esa luz y ese calor mediterráneo y sureño que les encandiló. La impronta de Van Gogh se ha fusionado con la de la ciudad. Nadie como él supo pintar la luminosidad del sur. Es precisamente la luz del Midi, del sur, la que atrajo un día de 1888, al pintor holandés en su búsqueda de luz exterior e interior para sus cuadros. Esa fecha marca el comienzo de una época frenética donde Van Gogh pintará más de 300 obras en sólo 15 meses. El periodo artesiano fue el más productivo de su vida como pintor aunque hoy, ninguna de sus telas se encuentre en la ciudad. Van Gogh en Arlés Quince meses, no más, desde febrero de 1888 hasta mayo de 1889. 300 cuadros donde plasmó Arles bajo la nieve o el sol resplandeciente de la primavera, la orilla del mar, el Ródano, los canales, las gentes trabajando, la ciudad de día y de noche. El circuito Van Gogh por Arles.

Jardín d'Été.
 Hoy se pueden observar los lugares desde donde van Gogh pintó los hoy tan afamados y carísimos cuadros. Cuadros que un día fueron despreciados y hoy ni siquiera los Estados pueden comprar. Unos 10 lugares están señalizados: la plaza del Forum para Le café le soir; el puente de Trinquetaille; el muelle del Ródano (quai du Rhône) para nuit étoilée; la plaza Lamartine para la maison jaune; el patio del Espace Van-Gogh para (Le) jardin de la maison de santé; y la carretera a lo largo del canal de Arlés a Bouc para las Lavanderas. El anfiteatro y la necrópolis de Alycamps aparecen en varios de sus cuadros.

Espacio Van Gogh según su autor.
La sombra de Van Gogh hoy es omnipresente, para beneficio de los vendedores de souvenirs, los restaurantes y las tiendas. Pero no fue el holandés, el único visitante celebre. Muchos pintores vinieron a la ciudad para encontrar la inspiración. Uno de ellos fue Léo Lelée, animado por el folclore y las vestidos locales, síntomas de un sur vivo, lejano de las miasmas parisinas. El escritor Frédéric Mistral le encontrará y ayudará. Pero fue Van Gogh quien dio la fama a la ciudad y atrajo a otros grandes maestros. Invitado por Van Gogh, Gauguin pintará la Arlésienne en costume. Picasso, amante de las corridas de toros, venía regularmente a la ciudad, donde además tenía numerosos amigos. Picasso dona en 1971 57 dibujos a la ciudad, testimoniando su amor particular hacia Arles.

Espacio Van Gogh.
El Espacio Van Gogh: Este antiguo hospital del siglo XVI se convirtió en centro cultural dedicado al pintor holandés. Con dos pisos y un amplio patio porticado, el interior del edificio está ocupado por un jardín francés con parterres repletos de flores. Las galerías porticadas blanqueadas con cal dan aún más brillo y vitalidad al edificio, situado en una zona comercial llena de tiendas. Fue a este hospital a donde trajeron a van Gogh cuando se mutiló una de sus orejas.

Patio del espacio Van Gogh.
Antes de subir al coche para ir a Nimes, comimos en un parque de Arles cercano a donde aparcamos. Os dejo el vídeo de Arles:



Unos 30 minutos por autopista hasta llegar a Nimes, donde aparcamos cerca del anfiteatro.

Mapa de Nimes.
La ciudad de Nimes con poco más de 140.000 habitantes (vigésima ciudad francesa por su población) representa un caso típico de aquello que en París se denomina ciudad de provincias. Nimes es conocida por sus fiestas, la “Ferias” (en español), los toros, su origen y monumentos romanos. Su coliseo (Les Arenes) domina la antigua Nemausus, así como el templo (la maison carrée) y la muralla. Lo romano y lo taurino resumen los tópicos de Nimes, junto al cocodrilo que es su símbolo. Con todo, Nimes no es la bulliciosa Marsella, ni la elegante Montpellier, ni la amurallada Aviñón, la torera Arles, la teatral Orange, la ducal Uzès o la veneciana Sète pero comparte el sol, una cierta calma placida entre sus habitantes y, aviso a navegantes, su tranquilo aburrimiento. A degustar pues sus grandes atractivos culinarios y arqueológicos en mitad de una meteorología favorable, a veces tanto que quema. Nimes posee la temperatura media más alta del verano francés. Mucho calor en verano, pero nada parecido a la marcha, incluso en cuanto al ambiente de terrazas y pubs, al parecer la juventud de Nimes se desplaza a la vecina Montpellier… La excepción podría ser las “Ferias”. Tres celebraciones anuales donde el toro y la fiesta transforman la ciudad. Sin embargo, cuidado, las festividades taurinas de Nimes se parecen más a sus equivalentes de Bayona que a los Sanfermines. Cuestiones prácticas. La visita de los principales monumentos de la ciudad se puede realizar someramente en media jornada, con comodidad en un día.

Anfiteatro Les arenes, Nimes.
Y eso precisamente es lo que voy a pasar a relataros ahora, los principales puntos turísticos de la ciudad que nosotros visitamos en poco más de 3 horas.

Composición de fotos para mostraros el interior del anfiteatro.
Empezamos entrando al Anfiteatro romano, Les Arènes. El coliseo de Nimes es el mejor conservado del mundo romano. Situado a unas centenas de metros de la estación de ferrocarril, acoge aún hoy espectáculos variados y esto desde el primer siglo d.c.

El anfiteatro es la plaza de toros de Nimes.
Les Arenès miden 133 m de largo por 101 de ancho, bastante más que un campo de fútbol actual. Con una altura de 21 m y dos niveles de arcadas su fachada se divide en 60 tramos. Numerosas escaleras y cinco galerías circulares permiten un acceso fácil y agradable a todo el edifico. En el apogeo del Imperio 34 filas de gradas atraían a más de 25.000 personas, situadas según su rango social. La élite en la parte baja y la chusma en la más alejada contemplaban los combates de gladiadores y fieras salvajes dominaron las impresionantes arcadas. Estos espectáculos, gratuitos, conocido es el dicho pan y circo, duraban días y mezclaban propaganda y control social.

Izan y Joel en el interior del Anfiteatro.
En la Edad media, el anfiteatro fue transformado en fortaleza, lugar de refugio en caso de peligro. Más tarde, el interior fue ocupado por casas, una capilla e incluso el castillo de los Vizcondes de Nimes, de la misma forma que el teatro de Orange. Se tendrá que esperar a 1809, en plena época napoleónica para que los edificios fuesen derribados y el coliseo recobrase su aspecto original.

Trajes de luces de toreros.
Actualmente el anfiteatro se utiliza como plaza de toros y recinto de conciertos musicales y espectáculos variados.

Iglesia de San Paul.
De camino a la Maison Carrée nos topamos con la fachada de la Iglesia de San Paul, tal y como apreciareis en la imagen de arriba.

Maison Carrée.
La Maison Carrée. Literalmente, la casa cuadrada. Este templo fue construido a principios del siglo I d.c en honor de Cayo y Lucio Cesar, nieto e hijo adoptivo del Emperador Augusto. La construcción formaba parte del foro, centro económico y administrativo de Nemausus. Para llegar a él desde el anfiteatro solamente hay que continuar por el Boulevard Victor Hugo menos de 500 m. Otra posibilidad es callejear por la zona comercial, Rue de les Arenes, Rue de la Fresque, Rue de la Madelaine, etc. Al parecer está inspirado en los templos de Apolo y Marte Ultor de Roma. La Maison Carrée seduce por sus proporciones y armonía. Es el único templo romano conservado en su integridad, al menos así lo afirma el ayuntamiento de Nimes. Mide 26 m de largo por 15 de ancho y 17 de alto. El techo del pórtico (pronaos) fue realizado en el XIX y la puerta actual, bella, pero severamente deteriorada por el vandalismo alcohólico data de 1824. Su extraordinario estado, no olvidemos que se trata de un edificio de unos de 2000 años, se debe, curiosamente, al uso ininterrumpido que evitó el despojo y la reutilización que sufrió el resto del foro. Desde el siglo XI fue, sucesivamente, consulado, establo, vivienda, iglesia… Tras la Revolución Francesa fue sede de la prefectura del Gard (nombre del departamento), después archivo departamental hasta que en 1820 se convirtió en el primer museo de la ciudad. El templo se eleva sobre un zócalo lo que le permite ganar visibilidad, ayudado por la ausencia de edificios en las cercanías.

Los Jardines de la Fontaine.
Los Jardines de la Fontaine. Llenos de construcciones del XVII y vestigios romanos son un lugar de esparcimiento privilegiado para los ciudadanos de Nimes. Construido en 1745 en la zona romana de la Source, incluyen la Tour Magne y el templo de Diana.

La Torre Magna desde el Anfiteatro.
Fuentes, avenidas, escalinatas y balaustradas de estilo neoclásico se mezclan con jarrones y estatuas en uno de los parques públicos más antiguos de Europa. Obra de Jacques Philippe Mareschal ingeniero y arquitecto de Luís XV, que imaginó el conjunto ayudado por un arquitecto local, dentro de las obras de embellecimiento de la ciudad. Posee una parte llana que nace en el casco urbano, con canales, puertas y muretes de bella factura. Una vez superado el canal y la puerta, varias fuentes y pequeñas cascadas de agua, nuevos puentes y piscinas subterráneas ocupan este espacio. Aquí, los abuelos pasean a sus nietos en las cortas tardes de invierno y los jóvenes deben de enamorarse en las más agradables de la primavera.

Delante de la Torre Magna.
A la izquierda se sitúa el Templo de Diana, al frente, las escalinatas y corredores que nos llevarán parsimoniosamente hacia la cumbre donde se encuentra la Tour Magne. En las cuestas, pequeños recodos donde seguir enamorándose o, descansar de la subida contemplando la ciudad, con su calima sureña y las plantas, los árboles que crecen por todas partes. Césped y bancos nos invitaran a descansar o a pasear, a gusto del viajero. En todo caso las perspectivas y los caminos son múltiples hasta llegar a la explanada de la cima donde se yergue aún la Tour Magne.

El Anfiteatro desde la Torre Magna.
Dos torres circulares defendían Nimes antiguamente. La Tour Magne fue la torre más alta y prestigiosa de toda la muralla. Visible desde muy lejos al estar situada en la cima de la colina que domina Nimes, hoy en plenos Jardines de la Fontaine. Era una especie de faro y punto de referencia para la ciudad, señalando la presencia del santuario de la Source, probablemente un lugar de culto prerromano. Se construyó sobre una torre anterior de la Edad del Hierro de la que no quedan vestigios. De forma ortogonal fue concluida en el año 15 a.c. Contaba con tres niveles superpuestos, que reducían su diámetro a medida que ganaba altura. El último ya no existe, pero la torre aún se eleva a 32 metros. La vista de la cima es espectacular gracias al sol que no se olvida casi ningún día de dorar las antiguas piedras.

Panorámica de Nimes desde lo alto de la Torre magna.
El Templo de Diana. Es para muchos el monumento más romántico de la ciudad. Misterioso y enigmático se dice, abandonado y desvencijado también. Romántico porque parecería sacado de un poema de Lord Byron, lúgubre a pesar del sol, ruinoso y decadente. Las piedras yacen en desorden, la vegetación rala se interna in conseguir dominar los restos. Graffitis sin sentido de raperos nihilistas y signos tallados por los gremios antiguos, comparten las paredes ajadas del edificio. Todo ello contrasta con el cuidado parque, dándole quizá su encanto, el encanto de la decadencia sin duda. Hacia 1570 el arquitecto veneciano Palladio, visitó Nimes y realizó numerosos croquis antes de que un incendio diese el actual aspecto al templo. Parece que los restos fueron dejados tal y como se encontraron tras las excavaciones y la construcción del parque en 1745. Aunque no se conoce exactamente su función, la construcción más que un templo parece haber sido un santuario consagrado al culto imperial que pudo abrigar una biblioteca y otros edificios anexos ya inexistentes. Formó parte del Santuario de la Source, cuyos cimientos se descubrieron poco antes de la construcción del parque, en 1739. Actualmente del Templo restan una nave abovedada y dos corredores laterales uno casi totalmente destruido.
Plaza del reloj.

Un corto paseo nos llevó a la Plaza del Reloj (Place de l’horloge), donde nos tomamos unos helados tranquilamente sentados mientras los pequeños correteaban tras las palomas que poblaban la plaza.
La plaza el reloj se encuentra en el centro de la zona comercial. Varias terrazas y tiendas rodean a esta coqueta placita donde en verano y a la sombra uno puede descansar del viaje y de los sudores de las vacaciones. En el centro una torre, vestigio del antiguo ayuntamiento nos da una pequeña sombra y sobre todo la hora. A dos pasos de la catedral y de la Maison Carrée es un excelente punto de encuentro.

La Catedrale de San Castor. Situada en pleno corazón de la zona comercial la iglesia ha tenido una convulsa historia, muestra de las guerras de religión que azotaron toda la región durante dos siglos. Construida en 1646 sobre restos romanos aprovechado para una iglesia merovingia en el siglo XI, fue demolida y reconstruida dos veces en el siglo XVI y XVII.

Catedral de San Castor.
Después del agradable paseo por el centro de Nimes, ya volviendo al coche, pasamos frente al Tribunal de Justicia y frente al Memorial a los caídos en la Segunda Guerra Mundial.

Palacio de Justicia.
A continuación en vídeo de Nimes:


En la oficina de turismo de Nimes, cerca de la Maison Carrée, pregunté a qué hora se cerraba el Pont du Gard, pues me apetecía mucho verlo y creía que ya no podríamos, pero me sorprendí cuando me dijeron que cerraba a las 24:00 horas.

La familia junta frente al acueducto.
Como cuando salimos de Nimes serían las 19:00 más o menos y estábamos a una media hora en coche, decidimos ir para allí.
Vistas desde el acueducto.
El complejo romano del Puente del gard, Pont du Gard, a unos 26 kilómetros de Nimes, cercano a la localidad de Remoulins, es un acueducto del siglo I d.C. en perfecto estado de conservación, un museo y si se atreve y el tiempo te acompaña un lugar donde bañarse.

Izan, Yolanda y Joel frente al Pont du Gard.
Desde 1985 el Pont du Gard está re­gis­trado como Patrimonio de la Humanidad. El Pont du Gard es una de las cinco atrac­cio­nes tu­rísti­cas más vi­si­t­a­das de Fran­cia, con 1,4 mil­lo­nes de vi­si­t­an­tes en 2001 y está in­cluido en la lista de Grand site national.

La "playa" del Pont du Gard.
Es impresionante ver este acueducto de 2.000 años de antigüedad, por sus 49 metros de altura, el más alto construido por los romanos, y por sus enormes bloques de piedra. Tiene tres niveles de altura y en el nivel más alto una longitud de 275 metros.
* Nivel bajo: 6 arcos, 142 metros de longitud, 6 m de grosor, 22 m de altura
* Nivel medio: 11 arcos, 242 metros de longitud, 4 m de grosor, 20 m de altura
* Nivel superior: 35 arcos, 275 metros de longitud, 3 m de grosor, 7 m de altura
Sobre el tercer nivel discurre un camino y un conducto de agua de 1,8 m de altura y 1,2 m de grosor y una pendiente de 0,4% de grado.

Vistas desde el Pont du Gard.
Ojo a la hora de realizar la vista: El precio del parking es de 15 euros por vehículo estes 1 hora o 24 horas, y haya una o cinco personas.  No tienes absolutamente ningún lugar donde estacionar gratuitamente en varios km a la redonda, ni siquiera para sacar una foto. A partir de las 20 horas la entrada al parking es gratuita, pero eso lo descubrimos después, ya que llegamos a eso de las 19:30 y de saberlo hubiéramos esperado un poco.

Se hizo hora de cenar allí, así que volvimos al hotel, previo paso por un fast food de hamburguesas cercano al hotel que tenía Izan fichado y donde paramos a cenar.

Esa iba a ser nuestra última noche en Francia en este viaje, pues al día siguiente tocaba coche hasta llegar a casa, a eso de las 17:00 horas.

En cuanto pueda os cuento nuestro último viaje realizado a finales de Septiembre.

Actualización:  como bien ha escrito Eduardo en los comentarios, ayer 8 de Noviembre de 2011 en Tve hicieron el capítulo de la serie/documental "españoles por el mundo" dedicado a "la Provenza", así que si pincháis en el enlace podréis ver el programa entero y tener más información sobre la zona, pues yo sólo estuve de paso, para dormir de camino a casa y hacer una visita rápida.

14 Comments:

iRe - Estrenos de cine said...

Hola :)

He dado un bonito paseo por tu blog y quería dejar constancia antes de irme ^^ Me han gustado muchas de las fotos que has publicado, sobre todo las que salen los peques, son muy guapos :)

Saludos desde Valencia,
iRe.

Los Viajes de Héctor said...

Gracias por tus comentarios...me encanta el cine, así que me paso ya mismo por tu blog.

Eduardo Pardo said...

Hace unos días descubrí este blog, gracias al boquerón viajero. De las tres ciudades que visitasteis me quedo con Avignon que hace tiempo que quiero visitar ya que me encanta la temática templaria y aparece en muchos libros. Además de esta ciudad otra que me encantaría visitar es Carcassone. Me agrego a tu blog y seguiré con detenimiento las entradas nuevas, saludos

Eduardo

Los Viajes de Héctor said...

Hola Eduardo.
Las tres ciudades son muy recomendables, al igual que Carcassone.
Por cierto hay un reportaje de Carcassone en este enlace:
http://hectorarenos.blogspot.com/2009/09/5-de-septiembre-de-2009-carcassone.html

Eduardo Pardo said...

Gracias Hector, casualmente ayer ví en Españoles por el Mundo, esta zona, sacaron Anies, Avignon, Marsella y un pueblecito que no recuerdo el nombre. Miraré el enlace a carcassone. Saludos

laturista said...

Holaaa!:) dando un paseo por el ciberespacio he terminado estancada en tu blog! vaya posts más interesantes!!!!! te sigo que el tema de los viajes me apasiona y seguro que más de una vez consulto tu blog antes de hacer alguno!!!
un saludo
laturistadebilbao ;)

Los Viajes de Héctor said...

Hola Laura, me alegra mucho que te haya parecido interesante el blog.
Me he pasado por el tuyo y te he hecho un comentario

Unknown said...

Hola:
La Provenza francesa es una zona impresionante. Si volvéis por allí no dejéis de adentraros en sus muchos pueblos, todos ellos llenos de un gran encanto.
Enhorabuena por el blog. Lo he conocido hoy por casualidad y me ha gustado mucho. Os seguiré con atención.
Un saludo

rosaana garcia said...

Hector..no sé si te habrá llegado al otro mensaje, es que aún soy novata. Si te ha llegado pues nada....este lo desechas. Para decirte que mis padres estuvieron hace poco en esta zona de Francia y me ha gustado mucho ver los sitios que visitastes como ellos. Da gusto ver crecer a vuestros peques!!!!!. Yo estoy haciendo un blog propio y te he incluido en mis enlces favoritos. No sé si lo he hecho bien pues todavía intento cogerle el truquillo. Cojo ideas tuyas aunque lo hago con wordpress y es bastante diferente. Un beso

Los viajes de Héctor y Yolanda said...

Vuelta Abierta, gracias por tus palabras, y claro que profundizaremos más en La Provenza, bien en un viaje a la zona, bien usándola como lugar de pernoctación/descanso de vuelta de algún viaje como hemos hecho en esta ocasión.

Rosana, me he pasado por tu blog y pinta muy bien. Coge todas las ideas que necesites, y si quieres algún consejo, ya sabes donde encontrarme.

Carlos - Comprar billetes said...

Estoy impresionado de lo bien elaborado que está el blog, me encantan las fotos.

Enhorabuena por el blog y continuad con esto!

Celina Globetrotter said...

Han viajado por muchas paises!! Que buen! Y que bonito blog!:)
Saludos!
Celina

Sergio said...

Hola Hector.
Insisto en que vistes muy bien!!! :D

De las tres sólo he estado en Avignon y el palais des Papes es impresionante.
La próxima vez que vayas, pasa de ciudades y recorre las carreteras de la Provenza cercanas a Avignon (De Gordes a Sault). Si lo haces a primeros de julio os quedaréis maravillados con la fragancia de la lavanda que lo inunda todo.
Te dejo mi enlace:
http://www.vacacionesporeuropa.com/la-provenza-ruta-por-los-campos-de-lavanda

saludos

Los Viajes de Héctor said...

Sergio, me paso por tu blog en cuanto vuelva, nos vamos el Domingo a Turquía y ando un poco liado....Visca el Barça...