. Los viajes de Hector y Yolanda Los viajes de Hector y Yolanda: Sudeste asiático en familia. Tailandia. Qué ver y qué hacer en Chiang Mai. Parte 32.

lunes, 7 de mayo de 2018

Sudeste asiático en familia. Tailandia. Qué ver y qué hacer en Chiang Mai. Parte 32.

Todavía no era ni la hora de comer cuando habíamos visitado dos de los principales templos budistas de Chiang Mai, Wat Phra Singh y Wat Chedi Luang además de una visita rápida a dos menos importantes como Wat Pha Bong y Wat Phan Tao, pero todavía nos quedaba alguno más.

Chiang Mai. Wat Chiang Man.
Wat Chiang Mai.
Nada más salir de Wat Chedi Luang, cogimos un tuk tuk para desplazarnos hacia el norte de Chiang Mai, pero todavía en intramuros, hasta Wat Chiang Man.

Chiang Mai. Wat Chiang Man.
Se trata del templo más antiguo de Chiang Mai.
Estamos ante el templo más antiguo de Chiang Mai, y, aunque estéticamente no es de los más llamativos de la ciudad, en su interior se encuentran dos pequeños Budas a los que se les atribuye 2000 años de antigüedad.

Chiang Mai. Wat Chiang Man.
Su visita también merece la pena.
Fue construido en el año 1296, cuando el Rey Mengrai fundó la ciudad y la convirtió en la Capital del Reino Lanna.

Chiang Mai. Wat Chiang Man.
Chang Lom o Chedi de los Elefantes.
La edificación más antigua es su precioso Chedi llamado Chang Lom o Chedi de los Elefantes de base rectangular y que soporta una estructura de piedra rodeada por 15 esculturas de elefantes.

Chiang Mai. Wat Chiang Man.
Interior del Gran Viharn.
El Gran Viharn, el templo principal, es otro de los lugares de interés, tallado en madera en su parte frontal siguiendo el más puro estilo Lanna. Fue renovado en 1925.  También hay un par de edificios más interesantes como el Pequeño Viharn o el “Ubosot”o hall de ordenación de los monjes.

Chiang Mai. Wat Suan Dok o Templo del Jardín de las Flores.
Wat Suan Dok o Templo del Jardín de las Flores.
Al salir del templo contratamos un tuk tuk para que nos llevara al último templo del día, ubicado fuera de la ciudad amurallada, para hacer una rápida visita y volver a nuestro apartamento a comer, ya que nos esperaba, poco después y estaban cerca, ambos en la zona Oeste.

Interior de Wat Suan Dok.
Así que 5 minutos después estábamos frente a Wat Suan Dok o Templo del Jardín de las Flores, construido en la segunda mitad del siglo XIV.

Chiang Mai. Wat Suan Dok o Templo del Jardín de las Flores.
Chedi dorado de Wat Suan Dok.
Su importancia radica en el espectacular Chedi dorado de estilo de Sri Lanka y que tiene 48 metros de alto y de los numerosos chedis blancos más pequeños que conforman un cementerio que alberga las cenizas de numerosas generaciones de Reyes y gobernadores de Chiang Mai que fueron traídas aquí por orden de la princesa Dararasmi a principios del siglo XX. Como muchos Chedis el origen de la construcción es para albergar los restos de Buda. 

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Furgoneta con la que nos recogieron.
Después de esta corta visita, comimos algo en el centro comercial de al lado de nuestro apartamento, el Maya, y a la hora convenida, de 13:00 a 13:30, la furgoneta del Baanchang Elephant Park pasó a recogernos por el apartamento.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Baanchang Elephant Park.
Unos 45 minutos de carretera después llegamos a las instalaciones de este santuario de elefantes con mucha ilusión, ya que esperábamos que fuera una de esas nuevas experiencias que recordáramos toda la vida.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Descansando como un Mahout más.
Íbamos a pasar medio día como Mahout o cuidador de elefantes, pero lo primero que hicimos fue cambiar nuestra indumentaria. Nos proporcionaron un traje de Mahout a cada uno y en los cambiadores nos los pusimos. También nos proporcionaron varias taquillas para dejar la ropa y demás objetos valiosos que no llevaríamos encima.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Aquí en medio de la naturaleza se recuperan los elefantes.
Después, nos dieron una charla (en inglés) a modo de introducción a los elefantes asiáticos, para que aprendiéramos sobre los comportamientos y el estilo de vida de estos elefantes, con un turno de preguntas por si nos habíamos quedado con "ganas de más".

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Los elefantes son amamantados hasta los 2 años de edad.
Lo más importante de lo que nos costó es que estos animales nos podrían matar con mucha facilidad, por lo que hacer caso de las indicaciones de nuestro guía y de los cuidadores es esencial.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Se puede apreciar la cara de felicidad del animal.
De aquí nos fuimos a conocer a dos bebés elefantes que estaban con sus madres.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
No era la primea vez que tocábamos un elefante, pero sí un bebé.
Aquí además de seguir dándonos datos sobre los paquidermos y del trabajo que Baanchang Elephant Park hace con ellos, pudimos tocarlos y "jugar" un poco con los bebés.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Parece que está saludando.
También nos dimos cuenta enseguida de que tanto guías como cuidadores aman a los elefantes, y estos también a los humanos.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Mirad qué cara de felicidad, por Dios.
La cara de felicidad de Izan y Joel al ver cómo los elefantitos enrollaban sus trompas en sus piernas fue ya todo un premio.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Yolanda con un paquidermo.
Luego fuimos a una zona a alimentar a los elefantes, donde además de darles de comer, los pudimos tocar e interactuar un poco con ellos.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
¡¡¡Cómo disfrutaron los niños!!!
Es alucinante y excitante ver de primera mano como los mamíferos terrestres más grandes del planeta se plantan delante tuyo esperando a que les des caña de azúcar...los niños flipaban.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Izan alimentando a un elefante.
Tanto los niños como nosotros mismos alucinábamos con su habilidad para coger los alimentos con la trompa, con la dureza de sus pieles rugosas, pero sobre todo con su voraz apetito.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Y aquí el pequeño.
De hecho había algunos que hasta que no conseguían varios trozos de caña de azúcar no se los ponían en la boca...ja, ja, ja...a Joel esto le hizo mucha gracia.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Fue una experiencia increíble.
Cuando levantábamos las manos con un trozo de caña de azúcar debíamos esperar a que el paquidermo la cogiera con su trompa, nunca lanzarla al suelo o hacer padecer al animal (quitándole la comida de repente como jugueteando con él), porque eso podría ser peligroso.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Momento baño.
Finalmente nos trasladamos al pequeño lago artificial que hay cerca de la entrada para bañarnos con los elefantes.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Al agua, ¿patos?...no, patos no.
Esto incluía lavarlos y cepillarlos, acariciarlo y jugar con ellos en el agua, los últimos minutos que teníamos para interactuar con los elefantes había que aprovecharlos.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
La familia entera con los elefantes.
Realmente es una de las experiencias más alucinantes que hayamos vivido nunca, pues es increíble meterse en el agua con ellos y ver cómo disfrutan cuando les echas agua por encima, pero sobretodo cuando los cepillas con fuerza...los elefantes se lo pasan pipa...se nota que aman el agua.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Tirándome agua con la trompa.
Entre cubo y cubo, y risas, de repente uno de los elefantes empezó a tirarnos agua con la trompa a nosotros, y aunque a mi hermana no le hizo no pizca de gracia, al resto nos gustó mucho recibir ese cahpuzón.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
A la izquierda el que fue nuestro guía.
El único problema que vimos es que, como animales que son, hacen sus necesidades como y cuando quieren, de forma que en el agua pudimos ver grandes cacas de elefante flotando..lo que hizo que Yolanda no parara de decirle a los niños que no tragaran agua...ja, ja, ja...

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Baanchang Elephant Park.
Cuando terminamos esta maravillosa experiencia, recogimos nuestras pertenencias de las taquillas y nos dimos una merecida ducha en las instalaciones del Baanchang Elephant Park, donde te proporcionan desde el jabón hasta las toallas, y nos volvimos a poner nuestra ropa.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Ahí es donde merendamos.
La despedida del recinto fue muy agradable también, en una mesa con todo el grupo merendando fruta y galletas que estaban incluidas en el precio de la experiencia, además de agua fría, café o té.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Bailando con dos elefantes.
Después de esta fabulosa tarde puedo afirmar que:

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Esta foto me encanta.
-La misión de Baanchang Elephant Park es proporcionar a los elefantes la mejor calidad de vida posible.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Izan al cubo y Joel al cepillo.
-Están financiados exclusivamente por los visitantes, de modo que cada centavo que reciben va para hacer que sus elefantes vivan lo más agradablemente posible y, por supuesto, para que se retiren y rescaten nuevos elefantes, lo que significa comprar los elefantes a otros sitios donde no los cuidan como es debido o incluso los maltratan (circos, campamentos de tala ilegal, etc).

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Izan alimentando a un elefante.
 -Proporcionan un hogar y un propósito para los elefantes domesticados.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Una experiencia recomendable.
-Había oído críticas porque aquí se mantiene a algunos elefantes encadenados y en ocasiones se usa un gancho (únicamente para que responda en momentos en que pueda suponer un peligro para la vida de un ser humano), pero no es por crueldad, ya que se nota que aman a los elefantes, la seguridad de los elefantes y sobretodo de los visitantes es prioritaria, y esa es la razón.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Otra foto preciosa.
-Todos los elefantes y Mahouts en Baanchang Elephant Park tienen una conexión increíble. Realmente puedes ver el amor y el respeto que tienen el uno por el otro. Cada Mahout y cada elefante se emparejan uno a uno, y el Mahout hace todo con ese elefante. ¡Incluso duermen en las instalaciones!.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Salgo en pocas, lo sé.
-Por todo ello es lógico que más de 1.000 personas hayan calificado a Baanchang Elephant Park con 5 estrellas en Tripadvisor.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Momento mágico.
-Se ha convertido en una de las mejores experiencias que jamás hemos vivido, sobretodo para los niños.

Baanchang Elephant Park de Chiang Mai.
Baachang Elephant Park.
- Los elefantes parecían felices y bien cuidados y en ningún caso tuvimos la sensación de que se les maltratara, por lo que yo recomiendo que elijáis este campamento si tenéis previsto visitar Chiang Mai.

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