. Los viajes de Hector y Yolanda Los viajes de Hector y Yolanda: Qué ver en Madrid en un segundo viaje, fin de semana en un Madrid "alternativo".

lunes, 24 de julio de 2023

Qué ver en Madrid en un segundo viaje, fin de semana en un Madrid "alternativo".

Habíamos visitado Madrid en numerosas ocasiones, así que los lugares más turísticos los teníamos vistos, de modo que, en esta escapada de fin de semana en pareja, nos dedicamos a "ese Madrid" que no se suele ver en una primera visita.

Exposición de trenes históricos de metro en Chamartín Clara Campoamor.
Exposición de trenes históricos de metro en Chamartín Clara Campoamor.

Llegamos en Ave a la estación de Chamartín Clara Campoamor, que también alberga la Exposición de trenes históricos de metro, aunque no tuvimos tiempo de verla bien.

Estación de Príncipe Pío de Madrid.
Estación de Príncipe Pío de Madrid.

Allí mismo pillamos un metro que nos llevó hasta la estación de Príncipe Pío, a escasos metros de la que sería nuestro alojamiento de Home Exchange, que para los que no lo sepáis o no nos sigáis es una web de intercambio de casas que usamos un montón en nuestros viajes. 

Madrid. Catedral de la Almudena.
Madrid. Catedral de la Almudena.

La casa también estaba bastante cerca de la Catedral de la Almudena. Podéis ver cómo funciona Home Exchange aquí.

Madrid, Real Basílica de San Francisco el Grande.
Madrid, Real Basílica de San Francisco el Grande.

Una vez dejamos nuestro equipaje nos fuimos a visitar el primero de esos lugares del que os hablaba al principio del artículo, un lugar muy interesante que no se suele añadir a las visitas a Madrid en un primer viaje, pero que merece mucho la pena, la Real Basílica de San Francisco el Grande, uno de los mayores tesoros artísticos y monumentales de la capital, pero no lo es por su aspecto exterior, una fachada principal en forma convexa bastante apreciable. 

Madrid, Real Basílica de San Francisco el Grande.
La Real Basílica de San Francisco el Grande
 posee la cuarta cúpula más grande del mundo...

Impresiona más por su aspecto interior, adornado por los mejores artistas de finales del siglo XIX, con esa poco frecuente planta circular, pero sobre todo por la sobrecogedora cúpula central que impresiona y no puedes dejar de mirar nada más entrar, la cúpula más grande de España y la cuarta más grande del mundo, casi nada. El diámetro de la cúpula mide 33 metros, de hecho sólo superada por tres templos cristianos de Italia, dos en Roma y uno en Florencia.

Madrid, Real Basílica de San Francisco el Grande.
..rodeada de seis impresionantes capillas.

En los laterales hay seis capillas, tres a cada lado, cada una con su propio altar y una cúpula menor, además de su propia decoración, tal y se explica en la visita guiada que se incluye con la entrada (excepto la propina). La primera alberga un cuadro de Goya, la segunda está dedicada a Santiago y la tercera a Carlos III, mientras que por el lado derecho son la del Sagrario, la de la Purísima y la de San Antonio de Padua, que también pinturas y altares dignos de las mejores catedrales.

Madrid, Real Basílica de San Francisco el Grande.
Tras el altar se halla el museo.

La basílica de San Francisco el Grande, cuyo nombre oficial es Nuestra Señora de los Ángeles, cuenta además con una colección de pintura que, junto con el templo en sí, la convierten en uno de los museos más destacados que se pueden visitar en la ciudad, visitable, fuera de los oficios religiosos, de martes a sábado, de 10:30 a 12:30 y de 16:00 a 18:00 (en verano de 17:00 a 19:00) por 5€ por persona. Ese museo está en las dependencias que bordean la parte trasera del altar mayor, a lo largo de una serie de pasillos cuyas paredes se han convertido en una pinacoteca dedicada fundamentalmente a la pintura sobre San Francisco de Asís, desde el nacimiento al inicio del recorrido hasta su muerte a la salida, pero también se pasa por tres salas de gran valor: la antesacristía, la sacristía y la sala capitular, donde cuelgan cuadros de Zurbarán, Alonso Cano y Luca Giordano.

Igo Ramen Madrid, restaurante japonés.
Decoración del Igo Ramen Madrid.

Igo Ramen Madrid, restaurante japonés.
Igo Ramen Madrid, restaurante japonés.

Tras la visita a este espectacular templo nos fuimos al centro puro y duro, y como se hacía la hora de comer, entramos en el Igo Ramen Madrid en el número 9 de la Calle Navas de Tolosa.

Igo Ramen Madrid, restaurante japonés.
Igo Ramen Madrid, restaurante japonés.

Igo Ramen Madrid, restaurante japonés.
Igo Ramen Madrid, restaurante japonés.

Como era viernes nos pillamos un Menú de Ramen Casero donde elegimos un primero, un entrante y un refresco cada uno por 12,95€ por persona, y estaba realmente bueno.

Teatro Apolo de Madrid, Cantando Bajo la Lluvia.
Teatro Apolo de Madrid, Cantando Bajo la Lluvia.

Teatro Apolo de Madrid, Cantando Bajo la Lluvia.
Teatro Apolo de Madrid, Cantando Bajo la Lluvia.

Una vez el estómago lleno era la hora de ir al Teatro Apolo, en la Plaza Tirso de Molina, donde estaba la función del Musical de Cantando Bajo la Lluvia, una de las películas favoritas de Yolanda, motivo del viaje y su regalo de cumpleaños.

Musical de Cantando Bajo la Lluvia.
Musical de Cantando Bajo la Lluvia.

Musical de Cantando Bajo la Lluvia.
Musical de Cantando Bajo la Lluvia.

A pesar de no ser muy fan de los musicales y de no haber visto la película, he de reconocer que me lo pasé muy bien, me gustó bastante el espectáculo, me reí mucho y por lo tanto lo recomiendo. Como no se podía sacar fotos, os dejo con un par de ellas de la web de la función. Aunque no es imprescindible ver la película antes que el musical, sí que sería recomendable.

Mapa de Madrid centro.
Mapa de Madrid centro.

Madrid, barrio de Malasaña.
Madrid, barrio de Malasaña.

Al día siguiente decidimos adentrarnos en uno de los barrios más bohemios y modernos de la ciudad de Madrid, y que nosotros todavía no conocíamos, el barrio de Malasaña, en pleno centro también.

Madrid, barrio de Malasaña. Iglesia de San Antonio de los Alemanes.
Cúpula de la Iglesia de San Antonio de los Alemanes.

Como todos los barrios antiguos de Madrid, Malasaña cuenta con un buen número de iglesias, pero solamente visitamos una, la Iglesia de San Antonio de los Alemanes, quizá la más espectacular. 

Madrid, barrio de Malasaña. Iglesia de San Antonio de los Alemanes.
Barrio de Malasaña. Iglesia de San Antonio de los Alemanes.

Como pasaba en la Real Basílica de San Francisco el Grande de la que os he hablado al principio, por fuera es poco vistosa y no destaca, pero por dentro es de planta circular, sus paredes y cúpula están decoradas con pinturas murales del siglo XVII de un valor incalculable.

Las esculturas de Malasaña: Joven Caminando, la Paseante y Julia.
De izquierda a derecha: Joven Caminando, la Paseante y Julia.

Repartidas por sus calles también encontraréis con algunas esculturas a pie de calle, como si fueran un paseante más, como Julia, la escultura de una mujer al final de la calle del Pez, que fue la primera mujer en estudiar en la universidad, para lo que se tuvo que disfrazar de chico; la Paseante, una escultura de una joven con falda larga y camiseta de tirantes situada en la calle Palma 46; y la Joven Caminando que está en la plaza de San Ildefonso, una mujer de 18 años, que viste a lo moderno y lleva una carpeta bajo el brazo.

Museo de la Historia de Madrid.
Museo de Historia de Madrid.

Continuando con nuestro paseo por el barrio donde se produjo la explosión del movimiento cultural de los años 80 denominado Movida Madrileña, llegamos hasta el Museo de Historia de Madrid, un espacio de entrada libre (gratis) donde encontraréis todo tipo de objetos y arte que tiene que ver con la historia de la ciudad, desde cuadros o fotografías a maquetas y esculturas, pasando por muebles, monedas y más de 60.000piezas, aunque técnicamente no está en Malasaña, sí en la calle Fuencarral que divide este barrio de Malasaña y el de Chueca.

Barrio de Malasaña, Calle de los Bolardos.
Barrio de Malasaña, Calle de los Bolardos.

Después callejeamos hasta la Calle de los Bolardos, un poco desmejorada y con la pintura de los bolardos en no muy buen estado, por lo que en su día fue un tesoro artístico oculto en la calle más escondida de Malasaña, hoy no llega a ser ni su sombra.

Barrio de Malasaña, Calle de los Bolardos.
Barrio de Malasaña, Calle de los Bolardos.

Los bolardos se intervinieron durante ¡Pinta Malasaña! 2016, el evento cultural celebrado el 17 de abril y en el que un centenar de artistas pintaron un buen número de espacios urbanos del barrio. Va siendo hora de que lo rehabiliten, ¿no?.

Barrio de Malasaña, Antigua Casa Crespo.
Barrio de Malasaña, Antigua Casa Crespo.

Barrio de Malasaña, Antigua Casa Crespo.
Placa de tienda centenaria de Antigua Casa Crespo.

Cerca de allí hay otro de los lugares que ver en Malasaña, un pequeño comercio con mucha alma, de esos de los que aunque no compres nada, merece la pena que os paséis, una tienda centenaria, como recuerda la placa con el dibujo de Mingote en el suelo frente a ella (cada tienda con más de 100 años posee una), la Antigua Casa Crespo, abierta desde 1863, la que antaño se dedicaba a productos para la construcción como sogas y cañizo, pero donde también vendían alpargatas en blanco y negro, como hoy en día, bueno, no, ahora venden todo tipo de alpargatas artesanas.

Barrio de Malasaña, Plaza del Dos de Mayo.
Barrio de Malasaña, Plaza del Dos de Mayo.

No muy lejos tenéis, en pleno corazón de Malasaña, la Plaza del Dos de Mayo, posiblemente el centro neurálgico del barrio, donde estuvo el Cuartel de Monteleón, escenario de una de las batallas más sangrientas de la Guerra de Independencia, y el convento de las Maravillas, que dio nombre a esta zona.

Barrio de Malasaña, Farmacia Juanse.
Barrio de Malasaña, Farmacia Juanse.

Barrio de Malasaña, Farmacia Juanse.
Barrio de Malasaña, Farmacia Juanse.

Seguimos con nuestra ruta a pie por Malasaña pasando frente a los azulejos más famosos del barrio, originales de finales del s.XIX, los de la farmacia Juanse, donde actualmente hay un bar, el Juanse Kafe, pero que Domingo por la mañana estaba cerrado.

Arte urbano o street art de Malasaña.

En un barrio tan hipster como Malasaña no es extraño encontrar un montón de arte urbano como los grafitis del festival de arte urbano Pinta Malasaña, aunque lamentablemente al día siguiente todos los grafitis aparecen cubiertos de pintadas feas, razón por la que desde la edición del festival de 2020 se han realizado en interior, en los cierres de los puestos del Mercado de los Mostenses, pero hay mucho más street art en Malasaña, como los personajes pixelados que hay escondidos por el barrio.

Barrio de Malasaña, Calle del Pez.
Barrio de Malasaña, Calle del Pez.

Una de las calles con más sabor del barrio es, sin ninguna duda, la Calle del Pez, que aunque ha cobrado últimamente una vida espectacular, el Domingo por la mañana estaba un poco "muerta".

Barrio de Malasaña, Calle del Pez.
Barrio de Malasaña, Calle del Pez.

Se trata de  una vía de poca anchura que a cada lado abre decenas y decenas de bares, todos de mucho éxito, repleta de muestras de artes urbano de lo más singular, y que se convirtió en nuestro rincón favorito del barrio.

Hotel Riu de la Plaza de España de Madrid.
Hotel Riu de la Plaza de España de Madrid.

Después de toda la mañana disfrutando del barrio llegaba la hora de la comida, y habíamos reservado en un restaurante cercano a la Plaza de España, presidida por el famoso Hotel Riu de Madrid.

Plaza de los Cubos. Running Sushi in Akihabara de Madrid.
Plaza de los Cubos. Running Sushi in Akihabara de Madrid.

La reserva era en el Running Sushi in Akihabara, en la Plaza de los Cubos, un restaurante japonés que rinde homenaje al barrio de Tokio llamado así, Akihabara, epicentro del mundo del entretenimiento audiovisual del anime y del manga, así como de los videojuegos y la robótica.

Plaza de los Cubos. Running Sushi in Akihabara de Madrid.
Interior del Running Sushi in Akihabara de Madrid.

Es por ello que sus paredes están repletas de reproducciones de juegos retro (desde dos tamagotchi gigantes a una enorme Game Boy), logos de marcas míticas, carteles de películas o neones, incluso hay gran dragón que echa humo, además de réplicas de un kiosco de prensa y de un vagón del metro que hay de cruzar antes de pasar al local.

Interior del Running Sushi in Akihabara de Madrid.
Cintas giratorias del Running Sushi in Akihabara de Madrid.

En el centro del local hay tres cintas giratorias por donde circulan todo tipo de platos asiáticos: por la cinta superior desfilan los platos calientes (noodles, arroces, tempuras, brochetas, etc.), mientras que la de abajo se reserva a los platos fríos (makis, temakis, urumakis, ensaladas…). Se trata de un buffet libre en el que dispondréis de una hora para comer todo lo que queráis a precio cerrado. Nosotros lo aprovechamos bien. El resto del día lo dedicamos a descansar y a cenar en casa con unos amigos madrileños.

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