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miércoles, 4 de diciembre de 2013

Viernes 29 de Marzo 2013-Los pequeños pueblos de Provenza parte 1

Empezamos el día con un desayuno en nuestra casa de Marsella para coger fuerzas. El día estuvo repleto de visitas a pequeñas poblaciones provenzanas, y la primera de ellas fue en Les Baux-de-Provence, a poco más de una hora de coche.

Plano de Les Baux-de-Provence.
Plano de Les Baux-de-Provence.
El pueblo medieval de Les Baux-de-Provence, situado entre dos barrancos vertiginosos, se alza sobre un espolón de 900 m de longitud por 200 de anchura de los montes Alpilles. La fortaleza que Richelieu destruyó definitivamente en 1632 parece seguir protegiendo las casas de piedra que se funden con el entorno mineral.



Les Baux-de-Provence.
Izan y Yolanda refugiándose de la lluvia de Les Baux-de-Provence.
Disfrutamos dando un paseo por sus calles y plazas (place St-Vincent, palacete Porcelet) y contemplando  preciosas vistas de la zona, de la montaña Sainte-Victoire, del Luberon, del monte Ventoux y de los Cévennes.

Les Baux-de-Provence.
Las estrechas calles de Les Baux-de-Provence.
Esta ciudadela medieval es uno de los destinos turísticos más conocidos de la Provence, por lo que es bastante complicado aparcar, sobre todo los fines de semana del verano, así que aconsejo una visita entre semana si es posible. Hay que aparcar en los parquings de fuera de la localidad y son de pago.

Entre los edificios más importantes citaremos:

Ayuntamiento de Les Baux-de-Provence.
Ayuntamiento de Les Baux-de-Provence.
El Palacio de la Tour de Brau, del siglo XV, a la entrada de la ciudadela; la capilla de Saint-Blaise bello ejemplo del románico provenzal; la Chapelle Castrale, iglesia principal de la ciudad; las torres de defensa de la muralla (la poderosa torre del homenaje, la torre Sarrasine y la torre Paravelle), el antiguo Ayuntamiento, con un Museo de Figuras de Belén, y el Hotel de Porcelet, que alberga el Museo Yves-Brayer, autor de las escenas pastoriles de la capilla de los Penitentes Blancos (s. XVII).

Iglesia de San vicente, Les Baux-de-Provence.
Iglesia de San vicente, Les Baux-de-Provence.
En la plaza de St-Vincent, que ofrece una bonita vista del valle de la Fontaine y del val d'Enfer, se alza una iglesia parcialmente excavada en la roca. Más adelante se suceden el antiguo templo protestante, el Hotel de Manville, los hornos municipales y la fundación del editor Louis-Jou (1881-1968), situada en una casa renacentista.

Capilla de los Penitentes Blancos, Les Baux-de-Provence.
Capilla de los Penitentes Blancos, Les Baux-de-Provence.
El castillo de Les Baux, derribado en 1632 por orden de Richelieu, conserva interesantes vestigios: ruinas de la ciudadela, torres sarracenas de Bannes y Paravelle, capilla (ss. XII-XVI) y torre del homenaje desde la que se ve un paisaje magnífico. Se accede por el Museo de Historia que, mediante maquetas, relata la historia de la fortaleza.

Entre otras curiosidades destacan: el monumento dedicado al poeta Charloun Rieu, el Hopital Quiqueran (s. XVI) y la capilla de St-Blaise, donde se proyecta un diaporama sobre “Van Gogh, Gauguin y Cézanne en la tierra del olivo”.

En mi opinión la visita de la ciudad es suficiente, y el palacio-castillo es interesante sólo para las personas con verdadero interés por la Edad Media el arte y las construcciones medievales, pues el castillo está destruido y es por eso que no lo visitamos.

Otro de los atractivos de Les Baux de Provenza son las armas medievales que se utilizaban para los sitios. Destaca una enorme catapulta, que durante un espectáculo diario se utiliza para lanzar grandes piedras. Esta enorme catapulta de más de 16 metros de alto y que pesa 7 toneladas necesitaba a 60 hombres para ser manejada. Su alcance es de 200 metros, interesante cuando se sabe que puede lanzar bolas de piedra de entre 50 y 100 kilos. Además de la gran catapulta (trebuchet en francés), se pueden ver en acción otras más pequeñas y un gran ariete protegido por planchas de madera. Si deseáis ver el castillo o el espectáculo deberéis abonar una entrada.

Puerta Condamine, Tarascón.
Puerta Condamine, Tarascón.
Volvimos al coche para dirigirnos a Tarascón, a 17 km, unos 20 minutos más o menos.

Castillo de Tarascón.
Castillo de Tarascón.
Tarascón es una bonita ciudad provenzal ubicada en el Ródano donde disfrutarás al recorrer las callejuelas medievales de la ciudad antigua, antes de detenerse en el castillo medieval de Tarascón (7€), el más bello y mejor conservado de Francia, todo un "rascacielos" de la época, situado a orillas del río Ródano.

Jardín del Castillo de Tarascón.
Jardín del Castillo de Tarascón.
Fue una de las residencias preferidas del rey Renato de Anjou, artífice de la lujosa decoración interior que no puede imaginarse cuando se ve el exterior.

Torrecilla poligonal (escalera) del Castillo de Tarascón.
Torrecilla poligonal (escalera) del Castillo de Tarascón.
Observad el corral y la botica, la corte real con la capilla de los chantres y la torrecilla poligonal que alberga la escalera.

Interior del Castillo de Tarascón.
Interior del Castillo de Tarascón.
Interior del Castillo de Tarascón.
Interior del Castillo de Tarascón.
Los aposentos reales, con techos de madera pintados y chimeneas, y la cámara real, con calienta platos, recuerdan que el rey era un amante del confort y las fiestas fastuosas.

Jardín del Castillo de Tarascón.
Jardín del Castillo de Tarascón desde la terraza.
Desde la terraza, se obtiene un magnífico panorama del río Ródano, de los alrededores y de la población.

Vistas de los alrededores del Castillo de Tarascón desde la terraza.
El río Ródano y alrededores desde la terraza
Entre leyendas e historias de la ciudad nos encontramos con la más famosa, la Tarasca. Cuenta la leyenda que este monstruoso animal (una especie de dragón con seis patas de oso, cuerpo de buey, aguijón de escorpión, cabeza de león, orejas de caballo y concha de tortuga) habitaba la zona y destruía el territorio por doquier. Ningún ejercito pudo con ella hasta que Santa Marta la encantó y domesticó, momento que aprovecharon los ciudadanos para asesinar al monstruo.

La Tarasque o Tarasca.
La Tarasque o Tarasca.
La Tarasque o Tarasca.
Izan y Joel con una Tarasca.
Frente al castillo está la Collégiale Royale Ste-Marthe, donde un cuadro de Carle Van Loo representa a la Tarasca de santa Marta con aspecto de buena persona.

La Collégiale Royale Ste-Marthe, Tarascón.
La Collégiale Royale Ste-Marthe y Tarascón desde la terraza del Castillo.
La colegiata, del s. XII, y parcialmente reconstruida en el s. XIV, presenta una interesante portada románica (en el lado Sur) aunque la decoración esculpida ha desaparecido. En el interior hay cuadros de Mignard y de Parrocel y, en la cripta, un sarcófago de santa Marta (ss. III-IV) y una sepultura renacentistas de Jean de Cossa, senescal de Provenza.

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