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lunes, 9 de diciembre de 2013

Viernes 29 de Marzo 2013-Los pequeños pueblos de Provenza parte 2

Dejamos atrás Tarascón (os lo relatamos en el artículo anterior) para llegar a uno de los pueblecitos más conocidos de la Provenza francesa, Saint-Remy de Provence, a sólo 16 km, unos 20 minutos.

Plano de Saint-Remy de Provence.
Plano de Saint-Remy de Provence.

Saint-Remy de Provence.
Fuente Nostradamus.
A medio camino entre Aviñón, Arles, Nimes, Aix-en-Provence y Marsella, muy cerca de las pequeñas montañas de Les Alpilles y a 4 kilómetros del famoso pueblo medieval de Baux de Provenza que visitamos a primera hora, Saint-Remy de Provence resume lo que se espera de la Provenza: buen clima, pintorescos pueblos, gastronomía y naturaleza meridional, todo con esa calma tan plácida y con el canto de las cigarras como telón de fondo y aprovechamos esa paz para comer en la localidad.

Empezamos la visita dando un paseo por el casco antiguo posee edificios y restos romanos, románicos, medievales y del renacimiento y la ilustración, por lo que visitarlo, recorrer simplemente sus calles ya supone un viaje en el tiempo, un paseo por un museo vivo bajo la luz de la Provenza. Por la hora que era lo encontramos todo cerrado, por lo que no entramos en ninguno de los lugares que os enumero a continuación.

Ayuntamiento de Saint-Remy de Provence.
Ayuntamiento de Saint-Remy de Provence.
Monasterio de Saint-Paul-de-Mausole: Este monasterio románico del siglo XI y XII es muy conocido por la belleza de su claustro, pero sobre todo por Vincent Van Gogh quien después de su crisis arlesiana, se hizo internar, del 3 de mayo de 1889 al 16 de mayo de 1890. El lugar destaca por la calma y por la belleza de su pequeño claustro decorado de elegantes esculturas románicas. Posee un hermoso campanario cuadrado adornado de arquerías lombardas. En una esquina del atrio hoy se encuentra un pequeño museo que nos habla de sus estancias en la ciudad. Se muestra la habitación donde vivió y desde la que pinto algunas de sus obras.

Hotel Estrine: Este palacio de 1748, edificado con piedra de sillería, alberga un centro de interpretación de Vincent Van Gogh y sus pinturas. Observe la monumental escalera de piedra que conduce a varias plantas, con suelos de barro cocido y yeserías, donde se exponen obras de arte contemporáneo. Hay asimismo un espacio dedicado al pintor Albert Gleizes (1881-1953).

El Museo Estrine ofrece una vista complementaria de la obra de Van Gogh y su centro de interpretación además de ofrecernos muchos detalles de su presencia en Saint Remy nos permite comprender mejor al autor y sus pinturas. El pintor holandés Vincent Van Gogh vivió varias temporadas en el sur de Francia, en varios puntos de Provenza, como Arles. La ciudad entera fue objeto de sus telas y a lo largo y ancho de ellas encontramos paneles informativos y reproducciones de las pinturas que hoy adornan los museos más importantes del mundo o que se venden por cantidades ingentes de dinero. Los paneles nos permiten contemplar al mismo tiempo el cuadro y el decorado original que sirvió a Van Gogh para realizar la obra.

Colegiata de St Martin, Saint-Remy de Provence.
Colegiata de St Martin, Saint-Remy de Provence.
Colegiata de St Martin: Una de las pocas obras góticas en la Provenza se desplomó en 1818. Reconstruida en 1821, la colegiata es un bello edificio que merece la vista. De la iglesia primitiva, cuya imponente fachada domina la plaza de la República, sólo subsiste el campanario del s. XIV. El órgano, obra de un fabricante de Carpentras, Pascal Quoirin, incluye 62 juegos (aproximadamente 500 tubos) repartido en 3 teclados y un pedal. Además de esta colegiata en Saint Remy de Provence se pueden visitar varias capillas de interés.

Saint-Remy de Provence.
Place Flavier, Hôtel de Sade (izquierda) y Hôtel Mistral de Mondragón.
Destacan las plazas, lugares donde se reunen arquitectura provenzal típica y ambiente provenzal también típico, con bares y restaurantes donde descansar en verano y abrigarse en invierno con un pastel o un dulce, como la plaza Jules Pelissier, la place de la republique o la place Favier. La céntrica Place Favier, alrededor de la cual hay varios palacetes de interés, como el Hôtel de Sade (s. XV), hoy Museo Arqueológico, y el Hôtel Mistral de Mondragón, una gran mansión del s. XVI distribuida en torno a un magnífico patio interior presidido por el busto de Vincent Van Goggh, obra de Ossip Zadkine, con torrecilla de escalera redonda y varias galerías, que alberga el Museo de los Alpilles. La exposición permanente muestra los paisajes actuales, naturales y humanos de la región de los Alpilles. Hay dos salas dedicadas a la tipografía y los grabados.

Saint-Remy de Provence.
Saint-Remy de Provence.
Más allá, en el Hôtel d’Almeran-Maillane, Charles Gounod estrenó Mireille.

Casa natal de Nostradamus. Saint-Remy de Provence.
Casa natal de Nostradamus.
También destacaré la Rue Hoche, calle que sale a la derecha de la colegiata discurre paralela a los restos de la muralla del s. XIV. En ella se encuentran la casa natal de Nostradamus y el edificio del antiguo Hospital de Saint-Jacques.

Saint-Remy de Provence
Nostradamus.
Nostradamus nació en 1502 en St-Remy. Este científico y medico humanista ha visto sepultada toda su obra por las famosas “premoniciones”. Médico y boticario Nostradamus creía como la mayor parte de sus colegas en los poderes de la astrología, lo que hoy en día no debería sorprender tanto teniendo en cuenta el éxito del horóscopo. Nostradamus será desde 1549 consejero astrológico de la todo poderosa Catherine de Médicis.

La Ciudad romana de Glanum se encuentra a dos kilómetros de Saint-Remy de Provence. Los vestigios romanos se extienden a lo largo de una gran vía en la que se sitúan el foro, la curia, el templo y la basílica. Un poco más allá encontramos la zona residencial, con restos de viviendas, palacios y unas termas. Hoy, aún sólo una pequeña parte de la ciudad de Glanum ha sido excavada, razón por la que no la visitamos además de por nuestra falta de tiempo...

Panorámica de Gordes.
Panorámica de Gordes.
Tras tomarnos un delicioso helado abandonamos el pueblo para dirigirnos a Gordes, a unos 40 km, casi una hora de viaje en coche, momento que aprovecharon los niños para hacer la siesta.

Gordes.
Gordes.
Esta localidad puede presumir de ser uno de uno de los pueblos más bellos de Francia. Tiene calles estrechas y empedradas que se abren paso a través de casas altas, construida en la roca, se aferran a sus flancos y susurrando los cuentos de las mil leyendas.

Calades de Gordes.
Calades de Gordes.
El municipio de Gordes, erigido sobre un espolón rocoso dominando los valles del Imergue y del Calavon, aparece al final de una ruta sinuosa bordeada de altos muros de piedra seca. Situado en la cara meridional de los Montes de Vaucluse, frente a la montaña del Luberón, este puñado de casitas de piedra color arena de 2.000 habitantes posee un patrimonio lítico excepcional. Casas trogloditas, viviendas a costado de montaña, pequeños jardines en terrazas, multitudes de "calades" (palabra provenzal para designar calles pavimentadas de piedras puestas sobre el canto) y de pasajes con bóvedas caracterizan el centro histórico.

Callejeando por Gordes.
Callejeando por Gordes.
Está dominado por la iglesia románica y el castillo renacentista. Sus soleadas calades -callejuelas empedradas rematadas con regueras- invitan a perderse entre casas de piedra que se escalonan hasta los contrafuertes del castillo. De vez en cuando se distingue una vista de la garriga situada más abajo. Como en verano está lleno de turistas, le aconsejamos que visite Gordes en otoño o en primavera.

Castillo de Gordes, fachada Norte.
Castillo de Gordes, fachada Norte.
Gordes también se enorgullece de su Castillo firmemente plantado en su esencia misma, y ​​que recuerda al transeúnte de un pasado rico en conquistas, sino también marcados con el sufrimiento de sus habitantes. Hoy en día, los actos del castillo tanto como un Ayuntamiento y un Museo albergar las obras de arte del pintor Pol Mara.

El castillo fue reconstruido en 1525, pues ya existía en 1031. Bien conservado y restaurado cuidadosamente, se junta la arquitectura de la época medieval con los problemas de las nuevas formas del Renacimiento.

Castillo de Gordes, fachada Sur.
Castillo de Gordes, fachada Sur.
Este imponente monumento está fuertemente custodiada, con sus torres redondas matacán teniendo terrazas para la artillería. La fachada sur se abre hacia el sol, con vistas al casco antiguo. Detrás de las fuentes, un pasadizo abovedado perforado en la pared se abre hacia un patio que conduce a una escalera de caracol monumental, que conecta todo el edificio.

Iglesia románica de Gordes.
Iglesia románica de Gordes.
La Iglesia, originalmente románico, fue consagrada a Notre Dame. Reconstruida en el siglo XVIII, se dedicó durante 2 siglos a su patrón, San Fermín (obispo de la ciudad de Uzès). El St Eloi capilla está consagrada a los herreros y cerrajeros, y la de San Crespin a los zapateros. En el llamado "rue des Clastres", puede notar en una concha, tallada en una pared, que da fe de los peregrinos caminando hacia San Santiago en España.
 
Interior de la Iglesia románica de Gordes.
Interior de la Iglesia románica de Gordes.
Aunque cerca está la Abbaye de Sénanque, monasterio magnífico exponente del arte cisterciense que se fundó en 1148 y conserva su forma original, salvo el ala de los conversos (s. XVIII), nosotros decidimos no visitarlo porque era ya bastante tarde y no sabíamos si lo encontraríamos abierto.

Panorámica desde Gordes.
Panorámica desde Gordes.
Por cierto, las vistas de Gordes son espectaculares, como habréis podido comprobar en las fotos, pero las vistas que se obtienen desde el pueblo también merecen una mención, y más cuando la lavanda esté florecida.

Despedida de Gordes.
Despedida de Gordes.
A sólo 9 kilómetros de Gordes se encuentra el último de los pueblos que visitamos hoy, Roussillon otro pueblo clasificado como uno de los pueblos más bellos de Francia.

Roussillon.
Roussillon.
Rojo como la tierra que lo rodea, rojo como su propio nombre indica, el pueblo de Roussillon intercala de vez en cuando alguna fachada de color ocre.

Roussillon
Callejeando por Roussillon.
El mejor momento para llegar a Roussillon es el atardecer (justo cuando llegamos), cuando los rayos oblicuos del sol se posan sobre las fachadas de color ocre y el rojo nos brinda un espectáculo de ensueño, pues Roussillon brilla entonces bajo todas las tonalidades de ocre conocidas.

Roussillon.
Mi mujer, hermana e hijos en Roussillon.
Roussillon no es un sitio histórico, a pesar de su edad, aunque más de una memoria queda grabado en su arquitectura. Es principalmente una lugar mágico, donde las combinaciones de óxidos cargados irrumpieron en una variedad infinita de colores en el paisaje circundante, fachadas de casas, una puerta, una pared.

Puerta vieja Castrum, campanario fortificado.
Puerta vieja Castrum, campanario fortificado.
A la izquierda de la oficina de turismo, tomad la calle des Bourgades y a continuación la callejuela de l'Arcade. Pasando por debajo de la torre del Campanario se llega al castro. Esta plataforma ofrece una vista panorámica del Ventoux, el Gran Luberon y el pueblo de Gordes.

Roussillon.
Roussillon.
De vuelta al pueblo puede visitar alguna de las galerías que exponen obras de pintores y alfareros.

Iglesia de Roussillon.
Iglesia de Roussillon.
También se pueden realizar dos paseos (uno corto de 30 minutos y otro de 1 hora) por los alrededores de Rousillon y admirar los alrededores y la Chaussée des Géants, un camino acondicionado, señalizado y dotado de paneles didácticos, conduce a la famosa Calzada de los Gigantes, dominada por chimeneas de hadas creadas por la erosión.

Roussillon.
Multitus de tonos rojos y ocres en Roussillon.
Si lo hacéis podréis descubrir la flora de las colinas (encinas, robles, enebros), las antiguas canteras y los asombrosos paisajes que han creado la lluvia y el viento.

Alrededores de Roussillon.
Alrededores de Roussillon.
Nosotros nos quedamos en las cercanías de la población donde también se pueden admirar los tonos ocres de las rocas.

Alrededores de Roussillon.
Alrededores de Roussillon.
Tras la visita volvimos a nuestra casa de Marsella, donde cenamos y dormimos como lirones tras este largo y agotador día de visitas.

Alrededores de Roussillon.
Yolanda y Joel en Roussillon.
Desde Roussillon hay casi 90 kilómetros, algo más de 1 hora y media de viaje en coche, tiempo que aprovecharon Izan y Joel para ver una película de dibujos en el DVD portátil.

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