Tras la
visita al Zoo de Santillana del Mar, y comernos un bocadillo que nos habíamos preparado, "volamos" para llegar a la
Neocueva de Altamira, ya que habíamos reservado visita para las 15:30 (recomendable en temporada alta) y se nos hacía tarde, aunque está prácticamente al lado del
zoo.
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Plano del Museo y Neocueva de Altamira. |
Esta réplica de la joya cántabra del Paleolítico, abrió al público en 2001, y es casi la única oportunidad que tendréis de admirar esas pinturas, ya que la cueva original se cerró en 1977 debido a la gran afluencia de visitantes que hacían peligrar el micro clima y las pinturas.
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Las pinturas de Altamira están realizadas con diferentes técnicas. |
Pongo ese "casi" porque realmente 5 personas a la semana pueden disfrutar de esta maravilla y visitar la original, eso sí, bajo un estricto protocolo, un tiempo limitado en su interior, vestimenta especial y acompañados de un experto, pero para ello, habría que comprar la entrada en las taquillas un viernes antes de las 10:30, y que os toque una de las 5 entradas en el sorteo que hacen 10 minutos después en el hall, casi nada.
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Una de las pinturas más sencillas. |
Altamira, la cueva original, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985, pero nuestra visita a la Neocueva de Altamira y su museo no fue por eso sino para conocer cómo vivían nuestros antepasados, razón por la que la visitan más de 250.000 personas al año.
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Plano de la Neocueva de Altamira. |
Pero dejémonos de presentaciones y vayamos a lo que nos interesa que es la visita a la Neocueva de Altamira, que se hace en grupos de 20 personas de manera guiada y dura alrededor de 30 minutos. Lo primero que veréis es la recreación de un campamento paleolítico, para que os hagáis una idea de cómo vivían los antiguos habitantes de este lugar. Un poco más allá, el pasillo serpea para mostrarnos una excavación arqueológica y el taller del pintor, donde aprenderéis cómo hacía las pinturas con las que después decoraría los techos.
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La réplica es realmente espectacular.
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